La cabeza en la boca del león

Fotos Luis H. Alamo

El Cerro es una pequeña elevación situada al norte de la ciudad de Camagüey. Durante la guerra por la independencia de 1868 una torre de señales y un fortín formó parte de la defensa circular con la cual los españoles protegieron con éxito la ciudad. Mucho después la finca La Caridad del Cerro se hizo popular, pues su inmenso bosque de árboles frutales, que se extendía hasta las márgenes del río Tínima, convirtieron la zona en un prado propicio a  paseos domingueros de muchas familias lugareñas.  En treinta años la urbanización de la ciudad asaltó el bosque en miríadas de difíciles viviendas que hoy invade todos los espacios posibles; del Cerro sólo queda una pedregosa y desnuda colina rojiparda que lastima el recuerdo.

Lo que nadie pudo imaginar

Las casas, que primero debieron surgir a la buena ventura con una total ausencia de ordenamiento urbano en el área, se alinearon en media docena e calles en su actual  persistente lucha por la supervivencia, donde a pesar de contar con electricidad, servicios médicos y comerciales, aun  charcas y solares yermos forman parte del paisaje moderno.
 
Tal vez la degradación del entorno no llegó precisamente con aquellas primeras viviendas, sino mucho antes, cuando para la década de 1950 la entonces moderna fábrica de Tejas Infinitas se liberó de sus contaminadas aguas residuales abriendo un estrecho canal hacia las márgenes del Tínima. Precisamente sobre esa zona de riesgo se levantó el reparto pero ahora, con el desarrollo de la comunidad los vecinos del entorno comenzaron a preocuparse por los  peligros ciertos ante tan larga exposición a la contaminación ambiental  Ramón Cintra Romero, el delegado del gobierno en la Circunscripción a la que pertenece el área en conflicto, bien comparte las opiniones de sus electores y reconoce que la responsabilidad por esta situación la tienen los propios vecinos por la indisciplina social que allí se cometió. Es cierto que la gente necesita viviendas, señala, pero la cosa no es construir en cualquier parte sin medir las consecuencias. 

Agrega el delegado Cintra que el tema de la contaminación ambiental es planteamiento de muchas asambleas de vecinos por lo que tratando de buscarle solución, ha tocado a las puertas de dirección de la fábrica Tejas Infinitas la cual se muestra receptiva a solucionar las demandas de la comunidad.

Por lo pronto, la dirección de empresarial reconoce las incidencias del desagüe, a pesar de que muchos ante de fomentarse la comunidad ya la fábrica se encontraba instalada en el lugar y con los años nadie detuvo la construcción de viviendas prácticamente sobre ese drenaje a cielo abierto . Estamos por mantener nuestra
cooperación para solucionar este problema en un reparto donde, por demás, dicen,  vive una parte de nuestros trabajadores.

La solución que ahora comienza a aplicarse es la de encamisar la zanja con tubos  de 16 pulgadas para colocar en ese sitio, así como la construcción de un puente de alcantarilla en una calle para hacerla transitable.

El Dr. Honecker Hernández, es el medico del local no. 6 del Consultorio de la Familia en el reparto Alturas del Cerro, al tanto de la situación sabe que allí donde hay  desechos químicos existe el peligro ---En realidad cualquier tipo de desecho residual es peligroso y estos que se vierten en industrias como la de Tejas Infinitas, no son la excepción. Allí se recupera y procesa papel y material impreso de todo tipo, por lo que los residuos de plomo y otros compuestros quimicos, incluyendo asfalto, tienen que ser elevadísimos.

El Departamento de Inspección del  Ministerio de la Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente que también interviene en la búsqueda de soluciones en La Caridad del Cerro, considera muy peligroso el ingreso de las aguas residuales en el manto acuífero.

Los residuales químicos resultado de desechos industriales, señalan, en poco se diferencian de aquellos que son rociados con el pretexto de combatir plagas en los cultivos, son compuestos no selectivos con el poder de matar insectos sin distinguir el bueno del malo, deslizándose de paso hacia las aguas subterráneas, Por
supuesto que la presencia humana no es tampoco limite a sus efectos, ya que las enfermedades por contaminación química pueden manifestarse de inmediato o en otras generaciones.

 Por falta de cultura ambiental y por ignorar el alcance del daño que podría originarse a las personas, Tejas Infinitas edificada sin instalaciones  para el tratamiento de residuales, liberó toneladas de desechos hacia el Tínima, mientras que a su vez, y con igual deuda de culpa, una parte de la comunidad Alturas del Cerro colocó la cabeza dentro de la boca del león.

Ya se ha ido bastante lejos. Remediaría la situación continuar en la mesa de negociaciones y programar un acuerdo de manera que soterrada la zanja, tocaría a los vecinos vigilar y mantener el drenaje, no solo por sanear el entorno sino porque en ello se juega el futuro de la comunidad.

No parece que la Naturaleza tenga para ellos otra opción.

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