Los Últimos Salvajes - Una Mirada al Espejo

Por Jan Ygberg Asesor A.H. Coordinadora Agroforestal Indígena y Campesina de Perú. COICAP

Actualmente, en una pequeña área accidentada en la selva del sudeste del Perú, donde se juntan las cabeceras del Ucayali, Manu, Piedras, Tahuamanu, Purus, Madre de Dios, Amigos y otros ríos, viven miles de personas nómadas, en aislamiento, cuya existencia está amenazada a tal grado, que hasta un soplo de aliento nuestro podría matarlos, y lo haría.

- " ¿Soy acaso el cuidador de mi hermano?" dijo Caín a Dios
-"¡Silencio!" gritó Dios, " - " No escuchas como la Tierra lo clama con su sangre!"

Etnocidio en el paraíso

Actualmente, en una pequeña área accidentada en la selva del sudeste del Perú, donde se juntan las cabeceras del Ucayali, Manu, Piedras, Tahuamanu, Purus, Madre de Dios, Amigos y otros ríos, viven miles de personas nómadas, en aislamiento, cuya existencia está amenazada a tal grado, que hasta un soplo de aliento nuestro podría matarlos, y lo haría. Son los últimos pueblos realmente libres que aun habitan nuestro planeta, no usan pasaportes ni carnets de identidad, no reconocen ninguna autoridad menos la suya, no votan, no pagan impuestos, no tienen seguro, no usan dinero, no navegan en el Internet, no ven televisión, no escuchan radio, algunos apenas cubren sus cuerpos, pero muchos no, aunque su desnudez es cubierta por hermosos trabajos de pintura corporal y trabajos en conchitas y huesos.
 

No hay mucho que sepamos sobre ellos, aparte del hecho que sabemos que allí están y en algunos casos creemos saber a que familia lingüística pertenecen. Bueno, hemos conocido algunos de ellos, pero él ultimo grupo del que tenemos conocimiento que fue contactado en forma forzada, los Chitonahuas (como nosotros los llamábamos) en el Río Inuya en el 1996, fueron prácticamente barridos por enfermedades respiratorias después de que madereros forzaron contacto con ellos, menos unos cuantos que fugaron al bosque, probablemente llevando consigo la enfermedad al resto de su pueblo...

Pero ellos si nos conocen, ¡sí señor! Algunos historiadores estiman que, después de la llegada de Colon a América, ¡solo pasaron 150 años hasta que la población indígena nativa, estimada en más de 50 millones a su llegada había sido reducida a apenas tres millones y medio! ¡Los españoles no conquistaron América, la gripe lo hizo! Curas y caucheros, petroleros y traductores de Biblias, aventureros y madereros, colonos y antropólogos, farmacólogos y cazadores comerciales, hasta turistas en busca de aventuras (sic), todos, sin excepción han contribuido (y siguen contribuyendo) a la muerte innecesaria, lenta, cruel y dolorosa por enfermedades de miles de personas, extinguiendo para siempre de la faz de la Tierra poblaciones enteras de personas que tenían sus propios idiomas, cantos y mitos, alegrías y tristezas, fiestas y ceremonias, costumbres y rituales para expresar su amor y honrar a sus muertos, cuyos niños jugaban rondas en idiomas hoy día silenciadas eternamente, y sobre todo, extinguiendo para siempre sus conocimientos únicos sobre el bosque, acumulados durante miles de años de experiencia, cuidándolo en forma sostenible.

Pero el bosque pronto desaparecerá si nosotros seguimos como hasta ahora, como ellos también desaparecieron; todos; niños, adultos, mujeres, todos; todos desaparecieron para siempre?

Los pocos que sobrevivieron fueron "incorporados" a nuestra sociedad, donde la mayoría subsiste en una vida de ignorancia, pobreza y enfermedades, bajo la sombra de la desaprobación social y la malnutrición, hasta la hambruna, siendo sujetos a la esclavitud y la explotación, muchas veces por su propios paisanos, bajo el disfraz de nuevos lideres, algunos religiosos, otros ideológicos. Los demás lograron fugar al bosque, probablemente jurando nunca mas tener nada con el mundo exterior. Pero una vez más, la "civilización" los ha alcanzado. Pero esta vez no queda adonde correr...

Sabemos por testimonios de gente que han encontrado, en las playas de los ríos, caparazones abandonados de tortugas así como huesos de diferentes animales como monos, huanganas y otros, junto con restos de corazones de palmeras comestibles y otras raíces y tubérculos del bosque, que probablemente se alimentan bien, con una dieta rica en proteínas, pero también sabemos que muchos de ellos fueron fragmentados en grupos tan pequeños, que el tejido social fue desgarrado a tal grado que hasta tuvieron que abandonar la practica de agricultura a favor de la vida de nómadas que practican hoy, resultando en la perdida de la tecnología, conocimientos y herramientas usados previamente para este fin. Pero una vida de nómada requiere de grandes áreas para ser sostenible, aun más si los nómadas no cuentan con su propio ganado (lo que no es el caso aquí, y aun entonces), pero tienen que sostenerse solamente mediante la caza, pesca y la recolección.

Y hoy día sus migraciones los llevan a través de áreas antiguamente extensas; hoy día disminuidos y hasta cortados en pedazos por ilegales carreteras de extracción de madera, construidas al amparo de funcionarios estatales corruptos, que dan acceso a lugares que han despertado la codicia del resto del mundo; y la búsqueda de oro y petróleo, almas y caoba, trofeos de caza y pesca, aventuras y caridad; todo combina para llevarnos a nuevos contactos, y todos sabemos, tanto ellos como nosotros, quienes van a salir perdiendo, como siempre ha sido ...

Hoy en día, viviendo apretados en uno de los últimos rincones no tocados que aun queda en el planeta, bajo acoso permanente y con la extinción total solo a la distancia de un soplo de aliento nuestro, ahora sí necesitan el mundo externo, pero esta vez nos toca a nosotros sacrificar nuestra propia codicia y prejuicio, en vez de las vidas y culturas de ellos...

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