Las comunidades de Yumaisi

 Fotos: Larry Acosta Álvarez, Guillermo Cabrera, Rodolfo Rivero y Leonardo Mejías

 Los bosques de Yumaisi fueron talados hasta las raíces. Los arboles arrastrados y quemados. El suelo indefenso, arrasado. Después la fortuna de los Falla Gutiérrez trazó líneas ferroviarias, levantó barracones, grúas, esclavizó peones y sembró cañas hasta el horizonte.

Sesenta años después de esa historia, cuando la reducción azucarera y el empeoramiento de las condiciones ambientales de la región tocaron fondo e hizo desaparecer la producción cañera, dicen los vecinos del lugar que la tierra y el cielo se juntaron.

 Comenzó la emigración. Los pocos que quedaron con trabajo apenas percibían como salario 75 pesos mensuales. Los restantes fueron a estudiar como empleo. Dicen ellos mismos que eso les resultó una hecatombe.

Cuando La Oriental estaba en candela

Dadas las malas condiciones económicas y ambientales en que quedó la zona, se hizo necesario un  cambio estratégico a partir del 2006 en la actividad productiva y social. Y aunque se ensayaron varias fórmulas para la recuperación, ninguna pudo avanzar.

Entonces como solución socio- económica para las comunidades en crisis total; La Bertha, El Sao, La Oriental, Jucaral y Yumaisi, se echó mano  a la actividad forestal  combinada con la acción agrícola y pecuaria.

En los inicios hubo dificultades que para que les cuento. Cuando en un principio surgió la idea del macizo forestal la gente ni creía en el proyecto ni se figuraba siquiera cómo hacerlo. Después vino el otro problema, el de María Margarita. Eso fue un caso famoso porque resulta que esta  mujer, la ingeniera pecuaria María Margarita Rodríguez  Samá, fue elegida para presidir la Cooperativa de Producción Agropecuaria La Oriental. Yumaisi que estaba en candela en esos momentos tenía ahora, como si no fueran pocos los problemas, a una mujer dirigiendo a los tipos duros de todos los bateyes de los alrededores.

"Fue comprometido cambiar la mentalidad de la gente --- nos dice la misma María Margarita luego de pasadas las siete aguas calientes---, en un lugar donde desde antaño y por generaciones, fueron cañeros y ahora de pronto tenían que convertirse en agropecuarios forestales dirigidos por una mujer. Eso había que vivirlo".

Las conclusiones de Lizet

Luego del reconocimiento inicial de la zona, la Master Liset Díaz Varona, especialista del Servicio Forestal Integral y jefa nacional del proyecto, sacó  sus cuentas. Conclusión,  que allí se reflejaban todos los problemas ambientales de la provincia, erosión de suelos, dificultades con el abasto del agua, malas condiciones de la vivienda, inestabilidad de las personas, emigrantes. Por supuesto la deforestación era total a partir del monocultivo de la caña. Así que ambiental, económica y socialmente, las comunidades que conforman hoy el proyecto estaban deprimidas y había que buscar una solución.
 
"Dada esas condiciones, la única alternativa con posibilidades era la reforestación--- nos dice Liset --- Crear una región forestal como la de San Felipe. Bosque que tanto necesitamos para enfrentar contaminación y mejorar ciclos de lluvias, pero que a diferencia del otro macizo, utilizado con fines industriales a corto plazo, este va a fomentar especies valiosas”.

En realidad el proyecto aplicado en Yumaisi y sus comunidades aledañas, se enmarcan en un programa de apoyo al proceso de reconvención socio productiva en áreas comunitarias del municipio Nuevitas. Contexto donde la seguridad alimentaria es uno de los enfoques prioritarios en la política central del estado  cubano.

¿Quién no va a creer así?

 Para ello el programa, insertado en la Comisión  Provincial de Reforestación, ejecuta acciones usando capital aportado por el Fondo Nacional de Desarrollo Forestal en representación del Servicio Estatal Forestal y el CARE Canadá, organización no gubernamental que contribuye a la ejecución de estos programas.

En las comunidades de Yumaisi este fondo de recursos se emplea en plantaciones de bosques productivos, incluido los insumos de semillas y posturas; bosques protectores;  tratamiento silvícola y reconstrucción de
bosques; medidas de prevención y control contra incendios; plagas y enfermedades; acciones para la  protección de la flora y la fauna; reparación y  mantenimiento de caminos de uso silvícola.

"Todo nuestro objeto social esta montado sobre proyectos  forestales capaces de retribuirnos ganancias si alcanzamos más del 85 por ciento de supervivencia en las siembras, incluyendo un 30% de bonificación en función de la calidad que tenga la plantación. Desde el 2007  estamos por encima de ese porciento y ese ha sido el grueso de nuestras ganancias--- señala Margarita a punta de lápiz---."Ya la gente cree en eso. No es que estemos hablando de que mañana o pasado. Es que ya entran recursos. Por ejemplo, el salario medio del mes pasado,  fue de 493 pesos, y como las áreas se han certificado con más del 85% de repoblación, nosotros tenemos un sistema de pago donde el trabajador  puede adquirir hasta el 50% de bonificación por sus resultados. Por eso hay cooperativista que  han cogido entre 9 mil y once mil pesos como resultado de esa bonificación.

El justo lugar de la mujer

El diagnostico inicial señaló que en la zona la mujer se encontraba en desventaja. No vamos a filosofar, pero todo el mundo sabe que esa es una conducta crítica en las áreas rurales, donde por lo general el hombre no las deja trabajar ni terminar los estudios y además la pone a parir temprano. Así que una de las cosas que trata de enfrentar el proyecto es que la mujer alcance una posición favorable, incorporándolas  en las tareas de la reconstrucción productiva del territorio como muna fuerza principal para el desarrollo comunitario.
 
Otra temática a enfrentar son los riesgos de las áreas forestales y más ésta, colocada sobre una penillanura árida donde se precisa asumir riesgos de todo macizo forestal. Por ejemplo la sequia, sin dejar de tener en cuenta los incendios y los procesos conducentes a la desertificación del suelo, los tornados y las intensas lluvias, que aunque en la zona son pocas cuando caen resultan  intensas. Se anotan en esas ocupaciones la creación de  barreras contra el viento, la protección y vigilancia en épocas de incendios, y además, tener en cuenta que cada seis meses entramos en una etapa de huracanes y que hay que tener asegurado  y protegidas esas plantaciones.

Beneficios por partida doble

Encontrado el camino de la transformación de la base socio productiva del territorio y fortalecidas las capacidades de los hombres y mujer en este proceso de desarrollo en áreas comunitarias, se ha logrado beneficiar directamente a más de 320 familias, favoreciendo el ecosistema e incrementando la disponibilidad y diversidad de alimentos, el acceso al agua potable y el  la presencia de la mujer, entre otras ventajas.

El programa aplicado en las comunidades de Yumaisi alcanza categoría de referencia nacional y es uno de los éxitos que en nuestra provincia avalan este año el certificado de sede nacional por el Día  Mundial del Medio Ambiente.

Para leer después.

De Yumaisi y su presencia seguramente volveremos a hablar. No queremos que ustedes se pierdan, por ejemplo, lo que nos dijo Telésforo Rodríguez González, quien un día de 1948 llegó como por casualidad a cortar caña a la zona. Debieron pasar sesenta y tres años para que este hombre se diera cuenta esta tierra dura y parda era el final de su viaje por las guardarrayas, pero no el de su historia en Yumaisi.

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