¿Ola de lluvia, de calor o de dolor?


 Los recientes eventos climatológicos en el este de Estados Unidos y en la región rusa de Krasndorar y en otros puntos de la geografía mundial son un aviso de los peligros que se ciernen sobre la humanidad, de no eliminarse las causas que generan el cambio climático.
La sociedad norteamericana es testigo de una ola de calor y de los vientos que destruyeron estructuras metálicas y han mantenido durante días sin generación eléctrica  a millones de personas.

Tales hechos son una pálida muestra de las catastróficas consecuencias generadas por la desmedida explotación de los recursos naturales, la contaminación de la atmósfera y los conflictos bélicos.

Hombres de ciencia, políticos e intelectuales han alertado al mundo de la tragedia que cierne sobre los habitantes del planeta, sin embargo, la reacción es incompatible con el deseo de vivir de más de 7 000 millones de personas.

La hostil posición de los países industrializados, de los que más fuentes contaminantes aportan, se manifiesta en el silencio ante el llamado para evitar una hecatombe.

Los países pobres son los más afectados, pero nadie se excluye de ser víctima de  grandes inundaciones por lluvias y de otros fenómenos provocados por el propio hombre.

Remitámonos a Estados Unidos. Según la agencia Prensa Latina (PL): “Los diez días de calor extremo en Estados Unidos han dejado hasta este lunes 52 personas fallecidas, incluyendo a un bebé de cuatro meses que murió en Indiana cuando lo dejaron encerrado dentro de un vehículo”.
La mayoría de los decesos acaeció durante la última semana en Chicago, Meryland, Virginia, St, Louis, Memphis, Tennessee y Ohio.Muchas de las víctimas fueron ancianos sofocados en sus propias casas y que quedaron sin suministro de energía eléctrica.

También la prensa internacional se hizo eco de la ola de calor del pasado 29 de junio luego de una serie de tormentas locales. Ellas dejaron sin electricidad a cuatro millones de familias en el noreste del país, unas 200 mil aún a oscuras hace 72 horas. (Enrique Atienzar, periódico Adelante)

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