Septiembre inicia la fase mas peligrosa de la temporada ciclónica en Cuba.



Agosto nos dejó un sobresalto de lluvias como preámbulo del capitulo mas peligroso de la temporada ciclónica, mientras que los meteorólogos pronostican para este año un septiembre cálido y con lluvias cercanas o por debajo de lo normal.
Por regla septiembre es uno de los meses más lluviosos en Cuba. debido a que la influencia del anticiclón del Atlántico disminuye considerablemente con respecto a julio y agosto, lo que unido al paso frecuente de las ondas y las bajas tropicales, propicia el incremento de las precipitaciones. Septiembre es también el mes de mayor frecuencia de formación de ciclones tropicales en nuestra región, por lo que se incrementa la actividad ciclónica sobre Cuba de forma notable con respecto a agosto, aunque la frecuencia de los huracanes que la afectan en dicho mes es algo inferior a octubre.
 
Atendiendo al actual desarrollo del evento El Niño-La Oscilación del Sur (ENOS) y a los modelos de predicción climática, se espera que en el presente septiembre ocurran totales de precipitación cercanos o por debajo de la norma en las regiones occidental y central del país, así como totales de precipitación por debajo de la norma en la región oriental. Esta predicción implica la ocurrencia de déficit en lluvias en diferentes zonas del país. De forma habitual, en septiembre se mantienen las condiciones de intenso calor propias del verano en Cuba; aunque la temperatura desciende ligeramente con respecto a agosto. Los altos valores de humedad relativa reinantes y el predominio de vientos débiles en la mayor parte del territorio nacional conllevan a la persistencia de sensaciones calurosas y muy calurosas en el ser humano. Desde 1981 septiembre ha sido más caluroso que lo normal en la mayor parte de los años. En esta ocasión se prevé un mes muy cálido, con temperaturas máximas y mínimas por encima de lo normal en todas las regiones del país,
El año pasado la temporada de huracanes tuvo un comportamiento similar y nuestra isla caribeña salió ilesa, aunque arrastrando las huellas y la memoria del último huracán devastador que sufrió, el Sandy, que tras su paso en octubre de 2012 por varias provincias del este dejó once muertos y cuantiosos daños en viviendas, cultivos, en las redes eléctricas y de comunicaciones.
 De acuerdo con estudios, en un periodo de ciclones normal se forman como promedio once tormentas tropicales, seis de ellas llegan a convertirse en huracanes, y de estos dos pueden ser fuertes, con una categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson, cuyo nivel superior es de 5.
Tres de esos ciclones van a alcanzar la categoría de huracán y pese a la baja actividad prevista puede que Cuba no quede totalmente exenta del peligro de afectación por algún organismo ciclónico, por lo que debemos estar preparados.
Nuestro país ha desarrollado un solida protección a través de la Defensa Civil que por años ha dedicado sus mayores esfuerzos a la educación popular en torno a estos fenómenos naturales. Cuba ha adquirido una cultura “ciclonera” identificada a través de las diversas fases decretadas ante la amenaza de perturbaciones meteorológicas ha logrado minimizar daños con cada impacto. De septiembre a noviembre, pues, el alerta debe ser permanente y las medidas de protección y preservación bien divulgada, ya es de todos conocidas . Pero no se confíe.



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