Les
diré que siempre he pensado que nuestra ciudad le debe un monumento
a Pancho.
A
Pancho, el león del Casino, que es como le conocieron generaciones
de lugareños y del que aun se pueden escribir numerosas anécdotas.
No se si fue un león legítimamente camagüeyano, sino lo fue al
menos vivió lo suficiente entre nosotros como para otorgarle el
certificado de Hijo Adoptivo porque por años y años convivió entre
nosotros. Tuvo sus amores y sus hijos se convirtieron en los primeros
leones lugareños. Finalmente el 7 de marzo de 1986 Pancho se murió.
Dijeron que de un infarto, en realidad no sé cuanto puede vivir un
león.