En
Cuba ocho de cada diez personas tienen el prurito de creerse
meteorólogos en potencia y los otros dos se creen capaces de
discutirle a Rubiera el pronósticos del día.
Esto
no es nada nuevo, sucede con el béisbol donde cada cual sabe como
dirigir un equipo de pelota y pasa con el periodismo, porque vamos a
ver, que levante la mano aquel que alguna vez no le hubiera gustado
dirigir un periódico para decirle las cuatro cosas a cualquiera. El
cubano tiene esa inclinación en sus genes. Aparte que es discutidor
por cultura se considera por naturaleza propietario de estos
elementos del quehacer nacional; meteorología, pelota y periodismo.
Por eso es que la meteorología es tan popular, la pelota tan
comentada y el periodismo tan demandado.