¿Qué hace que un mosquito se decida a picarnos?




 Todos hemos vivido una situación similar a esta: compartiendo habitación con alguien, al levantarnos nos encontramos con que uno de los dos ha sido atacado por estos insectos mucho más que el otro. Así que los mosquitos no pican a todo lo que puedan. Según explican emplean una combinación de varios factores – información de varios sentidos – para tomar su decisión.
La hipótesis con la que trabajaban los investigadores, la idea que se tenía sobre cómo eligen a sus “víctimas” los mosquitos era sencilla. Se guían por el calor, así que cuanto más produzca una persona, más probable es que les piquen. Pero este no podía ser el único factor.

 
Así que los científicos utilizaron una población mutante de Aedes aegypti diseñada en laboratorio. Esta especie de mosquito es la responsable de transmitir la fiebre amarilla, una enfermedad muy grave. La cepa mutante se llama Gr3, y el cambio genético que le provocaron le impide detectar el CO2, otro factor que parecía implicado en la toma de decisión por parte del mosquito.
Utilizando a estos insectos modificados, llevaron a cabo su experimento. Primero emplearon un plato calentado hasta la temperatura que tendría un ser humano. Y los mosquitos ignoraron por completo este cebo. Al hacer la misma prueba con mosquitos normales, capaces de detectar CO2, comprobaron que tampoco se acercaban al plato cebado.
La cosa cambió cuando, además de la temperatura, del plato salía dióxido de carbono. Los mosquitos normales comenzaron a acercarse al plato. Pero los mutantes, incapaces de detectar el gas, siguieron ignorándolo.
Los resultados fueron iguales cuando se cambió el dióxido de carbono por ácido láctico, otro de los componentes del olor que generamos los humanos. Sólo cuando la temperatura y el olor aparecían juntos los mosquitos se acercaban.
La explicación es sencilla. En los mosquitos son las hembras las que pican -en algunas especies también los machos, pero se trata de una minoría-. Y lo hacen para alimentarse y poder producir huevos fértiles. La decisión de picar debe tomarse con cuidado, ya que durante este proceso los animales se encuentran muy expuestos y sujetos a peligros.

En la naturaleza hay muchos elementos capaces de producir calor. Por poner sólo un ejemplo, un animal muerto puede tener una temperatura similar a uno vivo, pero de un cadáver no se puede extraer sangre – al menos con la misma facilidad. Si se emplean varias señales para determinar a quién picar, los mosquitos se evitan cometer errores que pueden llegar a ser peligrosos.
El objetivo último de este trabajo es el de encontrar mejores repelentes contra los mosquitos. Si se consigue descubrir cómo escogen sus presas estos insectos, especialmente las especies que transmiten enfermedades, se dará un gran paso para minimizar los problemas médicos que generan.

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