A propósito de la campaña inmunologíca: notas cruzadas




La confirmación de que Cuba inmunizara, en 2021, a toda la población contra la COVID-19 y con vacunas propias, es ejemplo del avance de la ciencia farmacéutica cubana y la capacidad de los trabajadores de la salud donde quiera que se encuentren. Hoy en Cuba atención médica y evacuación nos parece un suceso médico común y lógico.

Recordaba yo en contraste aquellos terribles flagelos de la meningitis y la fiebre tifoidea, arrebatando la vida a cientos de personas que anterior al 1959 morían ante la impotencia de una salubridad la más de las veces desamparada del presupuesto oficial. Para la época la poliomielitis, una enfermedad perfectamente prevenible por vacuna, dejó marcados por invalidez a miles de niños. La aparición de la gastroenteritis ocasionaba en sucesivas paginas de luto a lo largo del país.