Darse
un "baño de bosque" puede ser una receta muy útil para
combatir situaciones de ansiedad o de estrés -nada nuevo hasta ahí-,
pero científicos y médicos han comprobado los múltiples beneficios
terapéuticos que puede tener para mejorar también otras
enfermedades.
El
contacto con los bosques maduros -aquellos en los que la intervención
humana es muy limitada- propicia un aumento de las proteínas
anticancerígenas, refuerza el sistema inmunitario, rebaja la
adrenalina o reduce la tensión arterial, pero además ha demostrado
su eficacia para mejorar el estado de salud y el bienestar de los
pacientes con fibromialgia.
Según
los primeros estudios piloto, estos enfermos (que padecen un dolor
muscular y una sensación de fatiga prácticamente crónicos) pueden
llegar a reducir a la mitad los días que sufren dolor cuando
realizan ejercicios en esos espacios naturales. (galería
fotográfica)
Los
primeros trabajos se han realizado en Gerona, donde profesionales de
los hospitales Santa Caterina y Josep Trueta, coordinados por el jefe
de neurología, Secundino López, han comprobado los beneficios que
el contacto con los bosques centenarios tienen para estos pacientes.
Guión,
Locución y Montaje: Raúl Casado (Agencia EFE)
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