Dos
millones de años atrás los glaciales de la Era de Hielo avanzaron
hasta cubrir gran parte de los continentes con intervalos de clima
cálido.
La época
pleistocénica,
concluida hace alrededor de 10 mil años está
marcada por grandes cambios en la superficie terrestre al punto que
no dio oportunidad a que el ecosistema a su vez se adaptara. Al
final de la época
los
glaciales
se
derritieron
sumergiendo a gran parte de
nuestro
país,
incluyendo
su puente con la
Isla de la Juventud y Haití.
Esa
parece fue la suerte trágica
de los megalognus, extinguidos junto al oso de las cavernas, el mamut
y el tigre dientes de sable, animales desaparecidos en épocas
relativamente recientes y sobre los que la ciencia tiene marcado
interés
para establecer las causas de dicha desaparición
masiva.
Una
de las más
importantes especies que pueden datar aquel periodo es el perezoso
terrestre, animal cuadrúpedo
con las patas anteriores más
largas que las posteriores, y provistas de garras. Es probable que
caminasen erguidos sobre sus patas traseras, al igual que los osos
actuales, aunque algunas especies eran de mayor tamaño que un
elefante. Vivían sobre el suelo a diferencia de las especies
actuales que son arborícolas.
Como se han descrito cerca de 50 géneros
de perezosos terrestres se deduce que en su época
tuvieron un gran éxito
ecológico
en los bosques sur y centro América.
El Megalognus también
habitó
las grandes Antillas y los de Cuba estuvieron entre los mayores del
Caribe. Según
evidencias,
los restos fósiles
del Megalgnus rodens hallados en nuestro país,
indican que sobrevivió
hasta hace cinco o seis mil años, provocando especulaciones de que
pudo haber sobrevivido en los bosques montanos de las tierras altas
cubanas hasta el siglo XV o XVI.
En
nuestro archipiélago se sabe que compartio su habitad con
el águila
cubana y la lechuza gigante, así
como con el murciélago
vampiro, fauna totalmente extinta en la actualidad.
Aunque
se supone que estos animales habitaron todo el país, hasta hace unos
años solo habían aparecido restos en la sierra de Jatibonico, Pinar
del Rio y Matanzas. Para inicios de la década
de 1950 fósiles
de Megalognus fueron encontrados en la Gran Caverna de la Sierra de
Cubitas, espelunca abierta al otro lado del desfiladero de Trincheras
y una de las mayores descubiertas hasta entonces en Camagüey
Aquellos
trabajos paleontológicos
entonces interrumpidos, se reiniciaron a partir de 1966 por el Grupo
Espeleológico
Eduardo Alfredo Martel, impulsado por la Academia de Ciencias de
Cuba. Desde ese año y hasta 1970 se detectaron tres esqueletos
completos de Megalocnus , dos de ellos en el fondo de la caverna y
otro en el interior y próximo
a una de las entradas. En esa década
miembros de la I Expedición
Paleontológica
Cubano – Ruso – Polaca,
detectaron en la cueva del Centenario, muy cerca de Gran Caverna,
otros restos fósiles
incluyendo de la Ornimegalonyx oteroi, la mayor lechuza gigante del
Caribe y otras aves de gran tamaño que allí parece tuvieron su
hábitat.
Para
ampliar estos estudios, y desde el 2014, miembros del Grupo de
Estudios Geológicos
, Espeleológicos
y Medio Ambientales,GEGEM, establecieron un campamento base en Gran
Caverna, con el propósito
de completar el levantamiento geofísico
de la espelunca y reconocer la existencia de otras especies fósiles
allí
depositadas, como la propia la lechuza gigante.
Las
expediciones a Gran Caverna se iniciaron con el levantamiento
cartográfico
de la espelunca que guarda inmensos salones y que fue cubil de
aquella extraordinaria fauna, cuya presencia, quien sabe, puede estar
plasmada en los dibujos rupestres que han aparecido en el curso de
los estudios que allí
se realizan.
Fotos
GEGEM.
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