La confirmación de que Cuba inmunizara, en 2021, a toda la población contra la COVID-19 y con vacunas propias, es ejemplo del avance de la ciencia farmacéutica cubana y la capacidad de los trabajadores de la salud donde quiera que se encuentren. Hoy en Cuba atención médica y evacuación nos parece un suceso médico común y lógico.
Recordaba yo en contraste aquellos terribles flagelos de la meningitis y la fiebre tifoidea, arrebatando la vida a cientos de personas que anterior al 1959 morían ante la impotencia de una salubridad la más de las veces desamparada del presupuesto oficial. Para la época la poliomielitis, una enfermedad perfectamente prevenible por vacuna, dejó marcados por invalidez a miles de niños. La aparición de la gastroenteritis ocasionaba en sucesivas paginas de luto a lo largo del país.
Debe destacarse que ya desde finales del siglo XIX la medicina lugareña prestó especial atención a luchar contra enfermedades virales y epidemias extendidas la más de las veces en los barrios marginales de la ciudad y regiones desprotegidas en el territorio. De la época las crónicas recogen tal vez la primera evacuación masiva contra la viruela realizada en Camagüey y efectuada por un grupo de médicos y enfermeras a cargo del Dr. Juan Guzmán Quesada, entre el 25 y el 30 de mayo de 1889 con un centro de vacunación a la población abierto en el Casino Campestre
Durante la colonia y aun durante la primera parte del período republicano, solo unos pocos laboratorios farmacéuticos se encargaban de comercializar y promover medicamentos casi siempre inalcanzables para las clases más pobres de la población que debían acudir más de las veces a garroteros y políticos para comprar un pomo de medicina. Con los años empresas norteamericanas de medicamentos y laboratorios de origen norteamericano transformaron las boticas y farmacias cubanas en en centros comerciales algunas de las cuales promovieron investigaciones y publicaciones especializadas
Exponente de ese impulso fue la revista ilustrada, cultural y científica Honra Clase, Órgano Oficial de los Auxiliares de Farmacias en Camagüey, editada en 1905. En 1922 se publicó el semanario Camagüey Medico, .Órgano de la Asociación Médica de nuestra provincia. Un año después circuló el semanario Boletín Farmacéutico de Camagüey y en 1925 Farmacópolis. Sin embargo los esfuerzos chocaban ante la ausencia de vacunas, en especial contra la polio, insuficiente cobertura de servicios y personal sanitario, elevado índice de analfabetismo y baja escolaridad en la población que dificultaban la educación sanitaria.
Para la década de 1950 se contabilizaban en Cuba 1707 farmacias, de las que alrededor del 40% se encontraban en la capital, pocas de estas farmacias tenían laboratorios donde procesaban medicamentos simples, pero no vacunas. Existían entonces en nuestra ciudad mas de 40, algunas de ellas de marcada importancia en la historia medica de la ciudad como la farmacia Sabates, (República y San Esteban), Álvarez Fuentes, (Avellaneda y San Esteban),Farmacia Laboratorio del Dr. García Guerra (Estrada Palma 429), farmacia del Dr Goicochea (Martí y San Pablo,), Compañía Farmacia Corripio S. A. (República y Finlay) y farmacia del Dr, Martínez de la Cruz (Avenida de Los Martires no. 13)
Sin embargo las compañías farmacéuticas estadounidenses establecieron bases de monopolios través de farmacias-comercios de las firmas Sarrá, Johnson y Taquechel. Se destaca que en la continuidad de investigaciones farmacéuticas en Cuba, se logro reducir la incidencia de la epidemia poliomielítica viral de forma acelerada. Convirtiendo a Cuba en el primer país de la región en eliminar la poliomielitis en cuatro meses. A este éxito siguió la campaña para la Difteria,,Tétanos y Toxoide Tetánico. En la continuación de la cruzada para eliminar estas enfermedades se logró reducir radicalmente la morbilidad y la mortalidad por estos males.
En la década de los años noventa, el sector salud de Cuba adoptó medidas emergentes para mantener la protección de la población y solicitó apoyo internacional. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, ha proporcionado vacunas contra la polio, compra de equipos para la cadena de frío, capacitación y vigilancia epidemiológica. El Fondo Global de Vacunas apoyó de 2006 a 2008, también a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Agencia de Salud Pública Internacional más antigua del mundo (fundada en 1902), brinda cooperación técnica y moviliza asociaciones para mejorar la salud y la calidad de vida en los países de las América.
Para controlar las incidencias de la poliomielítis, Cuba aplico en 1962 una estrategia organizada en tres elementos esenciales: alta cobertura de vacunación en semanas nacionales , (febrero y abril) reconocimientos de casos sospechosos y acciones de control de focos. Para ello fue necesario realizar un censo general de menores de 15 años, se entrenó a 50 300 personas (vacunadores y voluntarios) se desplegó una amplia campaña de divulgación y educación pública utilizando todos los medios de comunicación existentes , se instaló el Laboratorio de Estudios Virológicos para vigilancia, del poliovirus: por su parte la Comisión Nacional de Síndrome Neurolóogico impuso medidas de control, como la encuesta epidemiológica, la toma de muestras de heces para estudio virológico y estudios serológico.
Contra la polio Cuba realizo en 1968 una fuerte campaña de vacunación masiva, campaña recogida esta vez por la prensa de manera precisa en la medida en que se organizaban los medios de comunicación. Durante los primeros días del mes de marzo de 1968 el Boletín del Centro de Higiene y Epidemiología de la provincia de Camagüey, informó que entre el 26 de febrero, fecha del inicio de la campaña antipolio en su primera dosis y el 2 de marzo, fueron vacunados 113 570 menores para el 84.9 %. El conjunto urbano y rural del municipio Camagüey vacunó en este periodo a 65 532 que representaba el 82.2%
Entre las regiones adelantadas en la campaña se reportaron los territorios de Amancio Rodríguez, Ciego de Ávila, Esmeralda y Florida, en ese orden Al darse por concluida la campaña quedaron funcionando dos equipos de vacunación, uno en el Centro de Epidemiología situado en, Hermanos Agüero y Lugareño, en el dispensario Federico Biosca, (actual Policlínica Rodolfo Ramírez Esquivel, Pirre) , también se alistaron unidades móviles para enviar allí donde fuera necesario.
Finalmente el 9 de marzo , ya a punto de concluir la campaña, faltaban por vacunar en la provincia (que entonces cubría las regiones de Camagüey, Ciego de Avil y parte de Las Tunas) 16 504 niños de los 234 938 menores censados, o sea, alrededor del 7% de esta la población.
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