Cada
día los hermanos de la Naturaleza nos dan lecciones de amor.
Cada
día, donde quiera que estemos. En el bosque o la montaña otros
seres que conviven con nosotros en el planeta nos pueden enseñar a
amar.
Debido
a que el género humano se ha abrogado el derecho inconsulto de
liderar la Tierra, se han desatado guerras por todos los siglos de
la historia.
Hemos
desaprovechado las aguas de los ríos, el murmullo de los árboles,
el verdor de la floresta, el perfume de las flores, el frescor de
la lluvia, el calor de la tierra, la humedad de las raíces, el canto
de las aves y el aullido de los lobos, el sonido del trueno, el sueño
de las nubes, el espejismo de los lagos, la espuma de las olas, lo
infinito de las sabanas.
Nos
hemos perdido una vida tan pródiga que en su egoísmo, la especie
humana está a punto de desaparecer, y con ella todas las otras
vidas a quien tanto debemos.
La
especie humana nunca ha podido estar solo sobre La Tierra. Necesitó
de todos los otros seres para poder sobrevivir. Si el ser humano
fuera en un principio el único ser vivo sobre el planeta ya hubiera
desaparecido hace tantos años que ni siquiera quedara su recuerdo
sobre el polvo.
Tengo
un pequeño gatito que de vez en vez afila sus uñitas en la corteza
de un árbol en el patio de mi casa. Debe de estar orgulloso de ellas
pues las extiende y ensaya algún zarpazo al aire. Yo le digo.
¿Esas son tus armas?
Se
me queda mirando sin comprender. No pretendo que lo haga, pero
pienso, y no se lo digo, ¿Qué sabes tu de las armas de los hombres?
¿Qué pueden tus uñitas contra la muerte que llevan tantos hombres
en sus genes?
Desaprovechamos
las muestras de amor, solidaridad y respeto que el resto de los aanimales de nuestro entorno nos dan En
ocasiones la naturaleza nos muestra imágenes impactantes, a veces
duras, como la caza entre especies, pero también es pródiga en
gestos que elevan la amistad y el amor entre animales de una forma
que son toda una lección de vida y unas forma de conectar con la
Naturaleza y apreciar toda la belleza de los seres que comparten con
nosotros el planeta ya los que no podemos ni debemos dar la
espalda, o perderemos nuestra auténtica esencia como seres humanos
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