Aunque se sabe que los ecosistemas y
especies estuvieron sometidas a cambios del clima en su pasado
geológico, los especialistas aseguran que nunca antes éstos habían
sido tan rápidos, ni la capacidad de los sistemas ecológicos para
adaptarse a ellos había estado tan comprometida por presiones no
relacionadas con el clima.
Por ello la conversión de los hábitat,
la sobre explotación de especies, la contaminación y la competencia
de especies exóticas invasoras, hacen que la amenaza del cambio
climático sobre los servicios ambientales sea más intensa, sobre
todo en ecosistemas clave como los arrecifes de coral y los
manglares.Por ello se requieren estrategias de adaptación que
mitiguen las amenazas no relacionadas al clima.
Gran
parte del sur de nuestra provincia es vulnerable al cambio climático
debido al predominio de costas bajas y ecosistemas frágiles
(humedales, bosques secos, pequeños cayos y arrecifes) y por estar
en la ruta de los huracanes, sin embargo aquí se encuentran las
regiones de mayor diversidad biológica y productividad marino
pesquera, y concentran las más extensas e importantes áreas
protegidas marino-costeras de Cuba.
Comprometida
con esta región, Santa Cruz del Sur debe prepararse para enfrentar
los impactos del cambio climático y la reducción de los recursos
pesqueros y forestales que ello acarrea junto a la escasez de agua
potable, la pérdida de barreras naturales y los cambios en las
condiciones ambientales para la agricultura y la ganadería.
Un
prometedor proyecto para la evaluación de los impactos ambientales
del cambio climático sobre la biodiversidad y desarrollo de
estrategias de adaptación en ecosistemas frágiles de Cuba, centra
su atención en la costa santacruceña y el archipiélago de
Jardines de la Reina.
El proyecto, coordinado por la Fundación
Antonio Nuñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, organización
no gubernamental de reconocida experiencia en el desarrollo y la
implementación de estrategias participativas en Cuba, cuenta con la
cooperación de la Comisión Europea Fondo Mundial de la
Naturaleza-Holanda y otras instituciones científicas del país.
El
programa representa el notable desarrollo alcanzado por Cuba en su
sistema nacional para la prevención de riesgos ante desastres
naturales, temática que tiene una alta prioridad tanto para la
inversión nacional como para la cooperación internacional.
El
cambio climático es reconocido por el gobierno como un riesgo
potencial al cual debe prestar particular atención, por ello desde
la década de los 90, Cuba inició proyectos para evaluar la
vulnerabilidad y riesgos que este fenómeno puede representar al
país: Santa Cruz del Sur se encuentra en esta óptica junto a otras
localidades del país.
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