El
huracán mas potente que inauguró el siglo XXI abordando tierra
cubana fue Michelle,
quien desde su formación y en tres días alcanzó categoría 4 con
vientos de hasta 220 kilómetros por hora asolando las provincias de
Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara, aunque su presencia se extendió
desde Ciego de Ávila a Pinar del Rio. Destruyo 166 mil viviendas y
originó afectaciones económicas por 1 866 millones de dólares.
Ocurrió el 4 de noviembre del 2001.
Al
paso del Michelle
dijo el Dr. Rubiera; “Estamos
en un periodo muy activo relacionado con el cambio climático, por lo
que en un periodo de 20 a 25 años fenómenos como este pueden
hacerse frecuente”.
El tiempo se encargo de darle la razón y aun adelantarse a su
pronóstico, pues desde entonces la ciclonística del Caribe inauguro
una nueva era por lo que nuestras generaciones han de aprender desde
ahora no temer al daño, sino al año.
Desde
entonces huracanes de alta categoría comenzaron a menudear en
nuestro entorno intercalados entre tormentas de menor nivel, haciendo
cada vez más peligrosas las temporadas ciclónicas, solo en el 2005
enfrentamos a Dennis,
Arlene, Katrina, Rita
y Wilma.
Dennis
huracán intenso de categoría 4 se desplazó el 8 de julio por el
sur el país desde cabo Cruz a La Habana afectando 175 615 viviendas
y dejando pérdidas económicas por 2 125 millones de dólares.
Apenas cinco días después el huracán Emily,
también categoría 4 amenazó la costa sur de nuestro archipiélago.
Katrina
llego el 27 de agosto y aunque en Cuba los daños fueron
insignificantes, al entrar a los Estados Unidos resulto uno de los
huracanes más poderosos de todos los tiempos. Rita,
categoría 5, desde el 20 de septiembre se desplazo por la costa
norte cubana sosteniendo ráfagas de 285 kilómetros por hora. Poco
después al concluir la temporada de este año el huracán Wilma
dejo
una estela de pérdidas sumadas a inundaciones anteriores en el
occidente del país.
Solo
en este 2005 se formaron 30 depresiones de las que 27 pasaron a ser
tormentas tropicales. Batieron 14 huracanes, siete de ellos de gran
intensidad incluyendo tres categoría 5. record hasta entonces en la
meteorología cubana pero que, a como van las cosas, esa varilla no
va a durar mucho.
En
agosto del 2007 el peligroso Dean,
categoría 4 se acerco por el sur de la región oriental dejando
grandes inundaciones. El 2008 es referente a la hora de hacer
historias no solo por la cantidad de ciclones, sino por la severidad
de los mismos. Todo comenzó con las lluvias de la tormenta Fay
a
partir del 18 de agosto, una semana después apareció la tormenta
Gustav
que con categoría 5 y vientos sostenidos de 240 kilómetros por hora
atravesó de sur a norte la provincia pinareña con rachas de hasta
340 kilómetros por hora, lo que constituye un record recogido por la
Organización Meteorológica Mundial.
A la
siguiente semana se presentó Ike
sobre las costas del oriente cubano, penetró el 7 de septiembre por
cabo Lucrecia, atravesó Holguín y Las Tunas para salir al mar por
Vertientes, al sur de la provincia de Camagüey, encaminándose por
la costa sur hacia el occidente para atravesar La Habana afectando
con sus lluvias a todas las provincias del país.
Dos
meses después el imponente huracán Paloma,
se dirigió hacia recto hacia Santa Cruz del Sur justo al cumplirse
76 años del desastre ocurrido en esa localidad en el 1932 cuando una
marea de tormenta dejo al menos tres mil muertos, sin embargo
condiciones en la atmósfera superior frenaron la fortaleza de Paloma
y lo degradaron. La temporada ciclónica el 2008 costó al país 10
mil millones de dólares.
Otras
tormentas de menor mayor categoría nos han rondado todos estos años,
pero como para que no olvidemos la deuda de la Humanidad con la
Naturaleza el 2017 parece abrir un nuevo capitulo a partir del
temprano inicio de su temporada ciclónica. Desde entonces el Caribe
se ha visto asediado casi todo el tiempo por más de una tormenta
tropical al mismo tiempo. Irma,
José. Ili
y María
es prueba reciente de ello, y lo peor, tres de ellos categoría de 4
a 5.
Se
ha comprobado que durante los últimos ocho años se forman mas
huracanes de categorías superiores, los fenómenos meteorológicos
se desplazan a mayor velocidad y alcanzan la categoría de gran
intensidad con mayor rapidez.
Cuba
tiene el privilegio de una cultura ciclónica forjada por una Defensa
Civil que con la cooperación de las organizaciones políticas y de
masas constituyen un escudo para la protección del pueblo y sus
bienes. La técnociencia desarrollada por el Instituto de
Meteorología y su red de radares y enlaces satelitales, forman parte
d esa defensa. Sin embargo no vivimos en una urna de cristal y solo
la humanidad en su conjunto podrá, sino revertir, al menos minimizar
este cambio climático que sobre la Tierra y desde el mar apenas ha
comenzado a mostrarnos sus credenciales
No hay comentarios:
Publicar un comentario