Cueva del Indio; la deuda de la utopía



En la sesión extraordinaria del 17 de abril de 1980, la Asamblea Provincial del Poder Popular de Camagüey aprobó el dictamen de su Comisión Permanente de Comercio y Gastronomía para oficializar el Parque Natural de la Cueva del Indio e iniciar una promoción del turismo nacional e internacional hacia ese lugar. Así consta en las actas de compromiso del Gobierno.
El artífice de ese acuerdo fue el Lic. Eusebio Cantero Mola, Diputado a la Asamblea Nacional y presidente de aquella Comisión, quien desde finales de 1979 había retomado el proyecto del Parque cubitero, quien en una sesión de gobierno dijo que “Camagüey tiene suficientes recursos naturales y no ha de tener ningún temor para sumarse a un nuevo tipo de turismo ecológico”, avanzada idea para aquellos años.
 
En realidad el proyecto del parque de la Cueva del Indio, se había iniciado cuarenta años ante, pero no fue hasta los inicios de la década de 1950 cuando fue incorporado a las agendas del Instituto Cubano del Turismo, el Ministerio de Obras Públicas y la Sociedad Espeleológica de Cuba, quienes en conjunto promovieron un empeño nacional para aprovechar la geografía camagüeyana como importante recurso de destino turístico. Este proyecto fue abanderado desde inicio por el espeleólogo Alfredo Álvarez Mola y el periodista Julio Álvarez Quijano, quienes desde las páginas del periódico El Camagüeyano, promovieron la creación de un Patronato integrado por diferentes sociedades culturales para trabajar en el desarrollo de la idea.
Desde un inicio el Patronato estuvo presidido por el Gobernador de la provincia, Dr. Gustavo Caballero Rojo, a cuyos esfuerzos se debieron muchas de las obras realizadas y quien obtuvo de la Comisión Ejecutiva Nacional de Patronatos Locales Urbanos y Campesinos (CEMPLUC) un presupuesto de 30 500 pesos, lo que con un aporte del comercio local y otras instituciones reunieron en total 50 mil pesos.
Con este dinero se construyó el terraplén de Albaisa a Paso de Lesca así como el circuito que une a Los Cangilones con la cueva del Indio, lugar este donde se construyeron cabañas, redes eléctricas, una piscina natural en el río Jigüey y otras edificaciones de recreo y administrativas.
Turismo de Naturaleza por vez primera
Debido al auge que tomaba el proyecto turístico, funcionarios del Turismo y periodistas de la prensa nacional visitaron la región de la Sierra de Cubitas donde se abre la cueva del Indio dando su visto bueno para comenzar a crear condiciones para divulgar nacionalmente en turismo en este espacio de nuestra geografía, catalogada como una segura fuente de ingreso para la provincia, elaborando un programa de ayuda técnica y económica para la explotación turística que incluyó un pequeño aeropuerto.
Sin embargo la grave situación política del país y la apertura del Frente Camagüey en esta región durante la lucha guerrillera paralizo totalmente el programa y algunas obras quedaron a medio hacer o no se iniciaron en absoluto.
Luego de un espacio de silencio extendido de 1957 al 1966, la Sociedad Espeleológica Cuba, tratando de proteger el lugar, ocupo las instalaciones abandonadas de la Cueva del Indio y las utilizo como Escuela Provincial de Espeleología, oportunidad en que fue visitada en mas de una oportunidad por el Dr Antonio Núñez Jiménez, entonces presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, quien convirtió esa geografía en polígono de estudios de expediciones científicas internacionales, enriqueciendo con sus descubrimientos el valor del área, constituida por unos ocho kilómetros cuadrados de bosques con numerosas cuevas de importancia paleontológica, arqueológica e histórica.
Durante esas expediciones Núñez Jiménez retomo el proyecto camagüeyano del Parque Natural Sierra de Cubitas, que a sugerencia de Celia Sánchez Manduley, conocedora del proyecto, propuso se le denominara Parque Natural Alfredo Álvarez Mola, iniciándose entonces su rehabilitación. En 1974 al radicar en este lugar uno de Centros de Dirección del Ejercito Oriental durante los ejercicios militares Ayacucho 150, se levantaron otras construcciones llevando líneas eléctricas hacia el interior de la cueva del Indio y mejorando la red de accesos a los puntos de interés del entorno,
La esperanza de un sueño
Cantero junto a la Comisión Permanente, insistió en su idea y logro que el primer grupo de turismo de Naturaleza organizado por el Instituto Nacional del Turismo (INIT) visitara el área el domingo 4 de abril de 1980. En la bienvenida intervinieron campesinos de las comunidades La Veguita y Los Güiros, con grupos musicales de aficionados y muestras de platos típicos de la región cubitera. Fue debido a esos buenos resultados y experiencias de aquel primer “tour”, que la sesión extraordinaria del 17 de abril de la Asamblea Provincial, aprobó el dictamen para hacer firme el proyecto del Parque e iniciar una promoción del turismo nacional e internacional hacia ese lugar, que por entonces mantenía sus instalaciones en buenas condiciones.
Con la continuidad del turismo, en un tiempo relativamente breve el nivel económico de la zona comenzó a recuperarse con nuevas fuentes de empleo, en especial para el sector femenino, iniciándose un notable impulso cultural en las comunidades vecinas. Sin embargo el periodo especial comenzó a golpear los viajes turísticos y las instalaciones comenzaron a ser abandonadas. En ese entretiempo radicó allí la Escuela Provincial para las Formaciones Especiales Espeleológicas, adscritas al MINFAR, pero al ser trasladado de lugar este centro docente ell Indio paso a manos de la Unión de Pioneros de Cuba, quien lo abandonó debido al avanzado estado de deterioro del lugar. 
 Que al menos no se olvide
Hoy las ruinas de aquella floreciente instalación turística se encuentran perdidas en el monte. En pie solo algunas paredes y horcones y los caminos cerrados por el marabú. Sin embargo la geografía y el paisaje es el mismo de atractivo. En lo actual el Grupo de Estudios Geográficos, Espeleológicos y Medio Ambientales, GEGEM, realiza allí un trabajo para el replanteo de las cuevas de la región que permita confeccionar un catalogo que al menos no deje en olvido esta deuda con la Naturaleza del Camagüey, utopía que alguna vez estuvo a punto de convertirse en realidad.
 Fotos; GEGEM

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