Coronavirus y huracanes, algo para recordar.

 


La búsqueda de respuestas a lo desconocido ha permitido a la humanidad escalar niveles de vida cada vez más altos pero también más complejos, donde ciencia y técnica constituyen decisivos y decididos factores de progreso sin los cuales hoy no concebimos la supervivencia humana.

Luego de milenios en ascenso entre civilizaciones dispersas por toda la geografía del planeta arrastrando el fardo de creencias, fantasías, aciertos y desaciertos, la tecnociencia en todas sus aristas sacude este lastre para ganar tras experiencias a veces sangrientas conocimientos que hoy asombran por la veloz ruta en la espiral de la ya indefinible ciencia. 

 

Durante los últimos cien años, siglo XX por ejemplo, la energía nuclear irrumpió en un proyecto que abarcó diferentes ramas del saber y en especial como nueva fuente de energía, sumemos en estos logros del más reciente siglo la conquista espacial y la llegada a la Luna cuando apenas cincuenta mil años atrás el homo sapiens se erguía sobre sus dos piernas. Se ha hecho efectivo desarrollo de artefactos domésticos como refrigeradores, cocinas eléctricas, máquinas para lavar la ropa y muchísimos artículos más que facilitan vida a la humanidad. El descubrimiento del uso de la Penicilina y con ella la creación de todo tipo de antibióticos, incluyendo la vacuna contra el Évola, lograron reducir la presencia de numerosas y mortales infecciones. Por otra parte el desarrollo de los medios de comunicación con la radio, la televisión, la computadora y el Internet se inscriben entre las invenciones más emblemáticas del siglo XX .Salto fabuloso de la ciencia es el descubrimiento de la estructura del ADN, estudio que permite determinar las características de los seres vivos y sus herencias genéticas, y aun en años más cercanos la ciencia se anotó la irrupción de la nanotecnología, cuyas aplicaciones en los campos de la electrónica, la biología y la medicina permitirán liberar células o pequeños tejidos en órganos enfermos para que éstos puedan ser reparados. Hoy el desglose del desarrollo científico podría ser infinito en cualquiera de sus aspectos.

Pero todos estos avances necesitan el acompañamiento de las ciencias de la Naturaleza, y en ella son imprescindibles las investigaciones sobre el clima, o sea, sobre el conjunto de condiciones atmosféricas propias de un lugar como la cantidad y frecuencia de lluvias, humedad, temperatura, vientos, etc., y cuya acción compleja influye en la existencia de los seres vivos.

Por supuesto que el progreso de la meteorología en las últimas décadas del siglo XX ha permitido perfeccionar instrumentos para el procesamiento de datos incluyendo el empleo de satélites meteorológicos, aviones cazahuracanes y drones, revolucionando la ciencia de la meteorología que permite contar con información inmediata sobre corrientes marinas, temperatura superficial de mares y océanos, etc. para la recopilación, procesamiento de datos y proyección pronósticos meteorológicos en cuestión de minutos.

No caben dudas que en lo actual hemos empezado a percibir cada vez más un mundo en progresivo calentamiento. Los mayores impactos del cambio climático en la sociedad se notan ya través de fenómenos excepcionalmente peligrosos, como crecidas, huracanes y olas de calor o de frío, incluso desbastadores incendios.

Precisamente la temporada ciclónica de este año será particularmente activa en el área del Caribe con cifras estimadas por encima del promedio histórico en nuestra región geográfica, con el peligro de que al menos un huracán de intensidad afecte a Cuba,

La ciencia meteorológica con todos sus recursos y alcances no puede impedir la aparición de tormentas tropicales ni influir en su derrotero o intensidad, puede, eso sí, darnos a conocer su curso y contribuir a la protección de personas y recursos económicos. Ahora la temporada de este 2021, como sucedió el pasado año, nos llega acompañada por una pandemia ni prevista ni detenida por ninguna de las ciencias que hemos relacionados ni por ninguna otra ciencia. La tragedia mundial que está produciendo el Coronavirus no solo ha sorprendido al planeta en su ataque indiscriminado contra razas, credos, naciones, edades, climas, estatus sociales o corrientes políticas, sino que nos ha demostrado lo vulnerable que es la humanidad a pesar de descubrir que existe agua en el planeta Marte y poblar el espacio de satélites artificiales.

Cuba enfrenta con valentía el virus con todos sus recursos y la aplicación de lo mejor de la ciencia médica, como también se alista a enfrentar la temporada ciclónica que desde el Atlántico y el Caribe agita sus aguas negras de tormentas contra nuestras costas. .

Hemos llegado pues a un minuto extraordinario en la historia no solo de Cuba, sino de la humanidad en su conjunto; más allá de esta epidemia global ni la ciencia ni nosotros seremos los mismos. Algo se transforma en la humanidad y en el clima al que debemos la existencia, La Tierras y los hijos de la Naturaleza han sufrido mucho a pesar de clamores que pocos escuchan… ojala que seamos capaces de detener el conteo regresivo.

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