Tres
años de investigación han sido necesarios para que un equipo de
ingenieros franceses diseñen su interpretación de la energía
eólica para ciudades. El árbol del viento tiene casi 8 metros de
altura, y sus ramas adornan la ciudad de Pleumeur-Bodou en Bretaña,
en el noroeste de Francia.
Jérôme
Michaud-Larivière, el fundador de la compañía de “New Wind”,
comenta que
“La idea
se me ocurrió en una plaza donde vi como las hojas temblaban cuando
no había ni un soplo de aire.“
Luego barajó
la hipótesis de que la energía
“tuvo que
venir de alguna parte y ser traducible en vatios. Otras ideas y
diseños modernistas de turbinas
han llegado a los titulares de los periódicos, pero el árbol del viento
es la primera que integra completamente la forma y función en lugar
de ser un añadido.”
El árbol
de viento
estará de exhibición en París, concretamente en la Plaza de la
Concordia.
utiliza
pequeñas hojas que se alojan en las ramas de este árbol
turbina artificial.
La
disposición de las hojas les hace producir energía sin tener en
cuenta la dirección del
viento.
Generan energía a partir de velocidades de viento de alrededor de 2
metros por segundo. Todo en completo silencio, una ventaja gran
ventaja para la ciudad, ya que las otras tecnología de turbinas
de viento puede ser muy ruidosas y no aptas para las zonas urbanas..
Por ello, este
tipo de turbionas
son menos molestas que otros diseños y podría ser utilizada en
muchos lugares como jardines, plazas, parques y centros comerciales.
Las unidades costarán alrededor de 29.000 euros y pueden ser
conectadas entre sí. De lejos pueden parecer esculturas, los árboles
del viento podrían ser usados como arte callejero que también da
vida a las ciudades.
Ecoportal
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