La necesidad
de dejar de depender de energías no renovables nos ha obligado a
aprender a explotar los recursos naturales que tenemos a nuestro
alrededor, como el sol, el agua, el viento, y…
¿las plantas? Eso es lo que pretende una compañía de energías
renovables.
La necesidad
de dejar de depender de energías no renovables nos ha obligado a
aprender a explotar los recursos naturales que tenemos a nuestro
alrededor, como el sol, el agua, el viento, y…
¿las plantas? Eso es lo que pretende una compañía de energías
renovables.
La compañía
se llama Plant-e, y pretende obtener energía eléctrica de plantas
vivas, aprovechando su proceso natural de fotosíntesis
pero sin dañarla. Los investigadores parten de la base de que una
planta siempre produce más glucosa
de la que necesita para las reservas; pero si garantizamos su
supervivencia no necesitarán esas reservas y podremos usarlas para
generar energía.
La energía
eléctrica de plantas vivas que podría encender luces en todo el
mundo.
Las plantas
crecen en contenedores de plástico de unos 60 centímetros
cuadrados; los azúcares sobrantes pasan por sus raíces al sustrato
que cuenta con electrodos incorporados, donde se rompe en protones y
electrones.
De esta manera
puede generarse electricidad, e incluso los propios investigadores se
sorprendieron de la cantidad. Esa electricidad luego puede usarse
para hacer funcionar farolas o luces de tráfico.
En Holanda, un
país muy abierto a este tipo de energías
renovables
alternativas, han instalado este sistema en dos sitios diferentes,
para un total de 300 luces LED
de tráfico. Además también se usa en los edificios de Plant-e y se
espera que pueda servir para llevar luz a las zonas mas pobres del
mundo donde las plantaciones son numerosas, como campos de arroz.
Sin embargo
aún quedan muchos desafíos para eso, el primero de ellos conseguir
una mejor relación eficacia/coste.
Por Adrian
Raya
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