¿Alguien recuerda las aguas termales de Camujiro?




Historia necesaria
A tu presencia llegué, / triste, angustiada, abatida / y hallé en tus aguas la vida / y paz y ventura hallé.
Allí renació mi fe, / y sentí la inspiración / te consagra mi corazón / las notas de mi laúd / y un voto de gratitud/ nacido del corazón”.
A mediados de 1732 así cantó a los baños termales de Camujiro la poetisa camagüeyana Brígida Agüero. Otros muchos lugareños ilustres y prestigiosos visitantes destacaron también las virtudes de aquellas aguas de extraordinarias propiedades curativas.
A lo largo del siglo XIX la prensa fue prolifera en informaciones sobre ese lugar catalogándole como el más importante en las colonias españolas de las Antillas. Al respecto un periódico de la época daba fe de que aquellos; “...manantiales ferruginosos son frecuentados como tónicos y de otras propiedades medicinales”.
Por entonces el más completo estudio del lugar se debió al celebre francés Francois Carlo Antonmarchi, (1789 – 1838), profesor en la Universidad de la italiana Florencia, cuya labor al frente de la cátedra de Medicina de ese centro de estudios y sus investigaciones acerca de las enfermedades tropicales le avalaron el cargo de médico personal de Napoleón Bonaparte.
 
A la muerte del Emperador, Antonmarchi decidió establecerse en Cuba y en 1827 llegó a nuestra ciudad radicando por breve tiempo como especialista en el Hospital de Mujeres de Nuestra Señora del Carmen, realizando algunas investigaciones en los manantiales de Camujiro a solicitud del Ayuntamiento, rindiendo un informe químico donde detalló la existencia de manantiales con desprendimiento de gases, y un alto contenido de hidro sulfato de cal e hidro sulfato de sodio. En su certificado relaciona una larga serie de enfermedades que podían ser tratadas con esas aguas.
El Diccionario Eucarístico Español publicado en Madrid en 1835 consigna las bondades de aquellas aguas medicinales donde, dice, existe un sanatorio.
Luego, durante las guerra de Independencia el pequeño caserío que allí florecía desapareció, sin embargo, para la primera parte del 1900 el balneario se había recuperado y aunque modesto se mantuvo en alguna forma hasta la medianía de la década de 1950.
Análisis y documentos.
En un inventario realizado entre los años de 1960 y 1970 por el Instituto Nacional del Turismo, INIT, se conoció que en el país existían 25 fuentes de aguas minerales con valor curativo, entre estas San Diego de los Baños, en Pinar del Río; Santa María del Rosario, La Habana; Ciego Montero, Cienfuegos; San José del Lago, Sancti Spiritus y Camujiro, en Camagüey.
Lo que hoy se conoce como baños termales de Camujiro lo constituyen dos pocetas orilladas a la margen derecha del río de ese mismo nombre, cosa de diez kilómetros al sureste de la ciudad de Camagüey y a donde se llega a través de la carretera vía Vertientes.
A pesar de aquellos antecedentes, hasta abril de 1979 no volvió a hablarse del Camujiro. En esa oportunidad el Comité Ejecutivo de la Asamblea Provincial del Poder Popular aprobó una propuesta en la que esa área se incluía en el Plan Turístico de Camagüey,
Durante 1980 esas aguas fueron sometidas a estudios por encargo de la propia Asamblea y especialistas vinculados al balneario de Elguea, en Villa Clara, en coordinación con una Comisión creada en nuestra provincia e integrada, entre otros por las empresas de Hidro economía de Camagüey y Geología, Departamento de Medicina Física y de Rehabilitación del Hospital Clínico Quirúrgico Amalia Simoni, Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, Medicina Veterinaria de Áreas Protegidas de Villa Clara, y Medicina Física y de Rehabilitación del Balneario de Elguea, en Villa Clara realizaron el trabajo.
Uno de los exámenes lo hizo el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, quien destacó la existencia de calcio, cloruros y sulfuro en cantidades apreciables. Otro dictamen fue llevado a cabo por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos quien relacionó cinco manantiales con flujos de gas carbónico y abundante cloruro de sodio y ácido clorhídrico.
El informe final emitido clasificó a las aguas minerales de Camujiro como cloruradas sódicas, hidro carbonatadas, cálcicas, fluoradas, ligeramente sulfatadas y sulfurosas, anhidro carbónicas, alcalinas e hipotermales, por lo que; “...estas aguas están en condiciones de ser trastadas para uso con fines medicinales y de mesa”. Por su parte en el documento del Centro Provincial de Higiene advierte que; “en los sedimentos solidos se encontró cantidad apreciable de de sulfuros ... se consigna fuerte olor a azufre”
Proyectos para el desarrollo
Interesado con aquellos resultados el Gobierno de la provincia solicitó otras pruebas a través de análisis radioactivos, los que se aplicaron a las muestras de aguas del Camujiro. Esas pruebas resultaron satisfactorias en todos los ordenes, añadiendo nuevos valores a la zona, por ejemplo el CO2, elemento poco frecuente en las aguas termo medicinales del país.
El documento recomendó el saneamiento urgente del área debido a que la contaminación química y orgánica puede originar modificaciones sustanciales en la calidad sanitaria de las aguas superficiales y subterráneas.
De los resultados de aquellos estudios se concluyó que las aguas minero medicinales de Camujiro son recomendables para el tratamiento de enfermedades relacionadas con los sistemas cardiovasculares, de locomoción, nerviosos, digestivos, renales urinarios, de la piel y respiratorios, entre estas hiopertensión arterial, cardio esclerosis, artritis, neuritis, cuadros hemipléjicos, pancreáticos, nefritis, dermatitis y bronquitis.
Con toda esa documentación en sus manos, durante 1982 la Comisión Permanente de Comercio de la Asamblea provincial del Poder Popular, presidida entonces por el Lic, Eusebio Cantero Mola, insistió en hacer recuperar el lugar con la recomendación de elaborar un proyecto de obras con un grupo de medidas, entre estas hacer recircular los manantiales para medir el flujo y drenaje de sus aguas y realizar una exploración hidro geológicas en los alrededores para detectar fuentes acuíferas termales que pudieran sustituir o enriquecer las ya existentes.
Este programa incluyó una solicitud de presupuesto para el balneario que incluía parque arbolado, electrificación, vías de acceso, casetas, servicios públicos e instalaciones gastronómicas aprovechando los recursos naturales del medio ambiente para ofertar servicio turístico de campismo de recreación y terapéutico,.
Lo que puede deparar el futuro.
Sin embargo al imponerse el duro Período Especial desde los finales de la década de 1980, numerosas iniciativas de beneficio social se postergaron. Por esa causa el proyecto de Camujiro, informe de veinte paginas que muchas veces fue valorado y que parecía de inminente cumplimiento, hace casi treinta años debió de ser engavetado.
 Es justo traer este tema al presente pues en estos momentos la revitalización de nuestra economía y los cambios en las relaciones internacionales acarrean notable afluencia de visitantes extranjeros a nuestra provincia, espacio que puede beneficiar la explotación de las aguas termales del Camujiro. También existen innegables ventajas para nuestra población traducido en ahorro de medicamentos, hospitalización y en atención médica con curas mas rápidas y valencia hospitalarias mas cortas. 


 Fotos; Orlando Duran Hernández


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