Los
movimientos sísmicos que se están produciendo en la región de
Santiago de Cuba, vuelve a traer sobre la mesa el tema de las causas
por la que los terremotos no pueden ser pronosticados, como por
ejemplo los huracanes.
Qué
mas quisieran los científicos de todo el mundo poder hacerlo, pero a
pesar de considerables esfuerzos en investigación por parte de
sismólogos aun la ciencia no ha podido desentrañar científicamente
esas fuerzas y llegar a esas predicciones.
No
obstante, ya se han confeccionado mapas de evaluación del peligro
sísmico de fallas estudiadas, por lo que es posible estimar que la
probabilidad de un terremoto de un tamaño dado afectará un lugar
determinado durante un cierto número de años. Sin embargo,
la
capacidad general para predecir terremotos, ya sea en forma
individual o en una base estadística, sigue siendo remota.
Por
ahora y una vez que un terremoto ya ha empezado, los dispositivos de
alerta temprana pueden proporcionar una advertencia de pocos segundos
antes de que los principales temblores lleguen a un lugar
determinado. Esta tecnología aprovecha las diferentes velocidades de
propagación de los varios tipos de vibración producidos. También
son probables las réplicas tras un gran terremoto y, por lo general,
están previstas en los protocolos de respuesta a desastres naturales
En
realidad, y contrario a otros fenómenos naturales como los hidro
meteorológicos que tiene por lo común temporadas y condiciones
climáticas favorables a lo largo del año, los temblores pueden
ocurrir en cualquier momento, día o noche y cualquier mes del año.
Los más pequeños pueden llegar apenas a sentirse y mover algún
objeto que cuelga como lámparas, pero los más fuertes pueden
ocasionar muerte y destrucción masiva, acabando comunidades y
debilitando las economías.
En
el esfuerzo por predecir terremotos, se ha tratado de asociar un
terremoto inminente con fenómenos tan variados como los patrones
sísmicos, campos electromagnéticos, movimientos del suelo,
condiciones meteorológicas, contenido de nitrógeno en el suelo,
comportamiento animal y hasta fases de la lunas. Por eso se han
producido muchas teorías
predicciones
seudocientíficas. También la actividad sísmica frecuente en
ciertas áreas pueden ser utilizadas para hacer "predicciones"
que pueden generar credibilidad injustificada. Generalmente, tales
predicciones dejan ciertos detalles sin especificar, lo que
incrementa la probabilidad de que los vagos criterios de predicción
se reunan y se ignoren los terremotos que no fueron previstos.
A propósito, se ha postulado
que el comportamiento animal registrado antes de un terremoto
consiste simplemente en la respuesta de estos al incremento de
señales electromagnéticas de baja frecuencia, esa actividad se debe
por lo general a la fractura de rocas cristalinas que ocurren en las
fallas geológicas antes de un terremoto, esas frecuencias son las
que captan algunos animales, como ranas, peces e insectos.
Los
temblores se miden por medio de aparatos llamados sismógrafos que se
colocan sobre la superficie de rocas de profundas raíces cuya
elasticidad afectada por los movimientos de la tierra son captados
por medio de sensores indiciando la intensidad y la duración de
cualquier movimiento, esta información se convierte a la escala de
Ritcher. Esta escala fue desarrollada en 1935 por Charles Ritcher,
para mostrar la cantidad de energía emitida durante un terremoto.
Originalmente esta escala se usaba para comparar las fuerzas
relativas de diferentes temblores, no para medir la magnitud de cada
uno. Esta escala va del 0 al 10. Un temblor debe de ser de al menos
magnitud 2 para poder ser detectado por los humanos y uno de magnitud
7 puede destruir una ciudad. El terremoto de mayor magnitud
registrado hasta la fecha fue de 9.5 grados en Chile en 1960.
En
español, se utilizan varias palabras para referirse al fenómeno
sísmico. Un temblor y un sismo son básicamente lo mismo y por lo
general no ocasionan daños mayores. Terremoto se refiere cuando ya
hay daños y víctimas. Un temblor, sismo o terremoto fuerte es
seguido de movimientos menores llamados réplicas, que pueden durar
días o semanas hasta que las placas tectónicas regresan a su
equilibrio.
formada
por varias capas. La capa exterior se llama corteza terrestre, los
científicos consideran que ésta, ya sea que se encuentre bajo el
océano o no, está formada de grandes fragmentos llamados placas
tectónicas que se pueden unir como si fuera un gran rompecabezas. D
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