La cueva de Rosa la Bayamesa

Jóvenes excursionistas
La cueva de Rosa la Bayamesa se encuentra sobre los 260 metros de altura al noreste de la Sierra del Chorrillo y desde sus inmediaciones nacen numerosos arroyos que engrosan los ríos de la región. Por su altitud es la segunda cueva situada a mayor nivel en la provincia de Camagüey (antecedida  solo por la cueva de Pichardo en el Cerro de Tuabaquey, Sierra de Cubitas, que está a unos 340m sobre el nivel del mar).

Desde el punto de vista geológico Rosa La Bayamesa se abre sobre alturas calizas, muy plegadas y falladas, de constitución carbonatadas y recristalizadas, con abundancia de fósiles orgánicos, restos de los sedimentos marinos de la que la región alguna vez formó parte.

La geografía montuosa  se compone por bosques semicaducifolios bien conservados con asociaciones de almácigos, barias, ceibas, palmas guáimaros y júcaros en las zonas altas, mientras que en las estribaciones calcáreas predominan los jagueyes.

La avifauna es abundante, con representación de endémicas como el tocoro, cartacuba, solibio, sorzales, cernícalos, gavilanes y cabreros. Sinsontes y pitirres también son abundantes.

En la zona la fauna, al igual que la avifauna, se encuentra protegida, por lo que abundan  jutías,  ofidios de diferentes especies, arácnidos e insectos. Se desarrolla aquí una exclusiva especie de caracoles del tipo polimita de hermosos colores y ligus terrestres, mientras que hacia los arroyos y manantiales los caralones están representados por abundantes sacricia.

En ese entorno se abre la cueva de Rosa La Bayamesa, cuyo origen se encuentran en el desagüe de los mantos freáticos de la región al elevarse el territorio producto de procesos orogénicos ocurridos hace muchos millones de años detrás.

La cueva se encuentra en lo alto del Chorrillo y se llega a ella luego de un escabroso trillo,  mide unos 120 m de largo distribuidos en dos salones; vista en planta es una cueva rectilínea, mientras que su perfil escalonado se abre en dos peldaños. El primero de los cuales, apenas se traspone la entrada, se precipita ocho metros producto del derrumbe del piso dejando abierto el segundo nivel que es de bastas proporciones.

Un aspecto significativo es su entrada, la que mide aproximadamente 20 metros de  ancho por 10 m de alto. Dando paso a un anfiteatro que en forma de herradura circunvala la sala inferior, parte de ese balcón natural se encuentra limitado por formaciones secundarias ya en estado de disolución. Los pisos inferiores se encuentran cubiertos de rocas producto de derrumbes y tierra.

La fauna troglobia se encuentra representada por murciélagos de las especies macrotus y artibios, insectívoro el primero y frugívoro (se alimenta de frutas) el segundo que es, de todos, el de mayor abundancia, viviendo en perfecta armonía debido a sus diferentes hábitos alimentarios, aunque en las cuevas es común la asociación de diferentes especies.

También en esta fauna se encuentran diplópodos (pequeños insectos articulados), arácnidos y cucarachas en una cadena ecológica cuyo principal servidor son los murciélagos, al acarrear al interior de la cueva restos de su comida.

El clima de la cueva es agradable con circulación dinámica, temperatura promedio de 25 grados C. y humedad relativa de hasta 70 grados.

Es una de las mayores cuevas del grupo orográfico Najasa – Chorrillo – Guaicanamar, o sea, del sur de la provincia.

La cueva de Rosa La Bayamesa debe su fama a su extraordinaria vinculación con la historia de las guerras por la independencia. Fue sede en alguna oportunidad del Gobierno de la República de Cuba en Armas, cuando esa casi siempre inexpugnable región se convirtió en fuerte núcleo de tropas insurrectas. Por mucho tiempo se imprimió en sus inmediaciones el periódico El Cubano Libre, pero su principal papel lo jugó como almacén y hospital al frente del cual y a lo largo de la contienda de treinta años estuvo la capitana del Ejército Libertador Rosa Castellano.

Durante la guerra de los Diez Años fue centro de los talleres y hospitales instalados bajo la dirección del Mayor General Ignacio Agramonte y en la guerra del 1895 la cueva fue visitada por el Mayor General Máximo Gómez, en más de una oportunidad y en ese sitio impuso los grados de capitana a la heroica mujer. Cerca de allí acamparon las tropas del Mayor General Antonio Maceo en su marcha hacia la invasión a occidente.

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