Las economías mundiales necesitan de la energía para crecer, pero esto también deteriora el medio ambiente a nivel mundial.
La demanda mundial de energía registrará un fuerte aumento en el próximo cuarto de siglo debido, principalmente, a las colosales necesidades de China, y eso exigirá redoblar los esfuerzos para limitar el calentamiento climático, consideró la Agencia Internacional de Energía (AIE).
El informe de la organización, difundido en su sede de París, estima que el consumo mundial de energía será en 2035 un 36 por ciento más elevado que en 2008.
Pero esa cifra encubre realidades muy diferentes, pues la demanda de los países ricos que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos registrará un lento declive.
Los países emergentes, en cambio, tendrán requerimientos mayores, para sustentar su crecimiento económico y demográfico. La mayor demanda provendrá de China, que en 2009 ya desplazó a Estados Unidos como primer consumidor mundial de energía. El gigante asiático representará en 2035 el 22% de la demanda mundial, contra un 17% actualmente, debido a un incremento de 75% de su consumo.
La cifra da vértigo: la demanda energética china desde el año 2000 cuadruplicó la de la década precedente. Las energías fósiles (petróleo, carbón, gas natural) están llamadas a seguir ocupando un papel preponderante en el consumo mundial en el próximo cuarto de siglo.
Sin embargo, la AIE augura un aumento de la energía nuclear en la composición de la demanda global (del 6% al 8%) y una duplicación (del 7% al 14%) del de energías renovables (hidráulica, eólica, solar, etc.). En 2035, el 70 % de los vehículos particulares que se vendan serán de motores "limpios" (híbridos o eléctricos), siempre según esos vaticinios.
Pero todo eso será insuficiente para contener el cambio climático, incluso con una meta vaga y no vinculante como la que se fijó hace un año en la cumbre de Copenhague, de limitar a 2 grados centígrados el aumento de la temperatura del planeta respecto a los niveles previos a la revolución industrial.
La AIE calculaba hace un año, antes de la cumbre, que hasta 2030 harían falta invertir unos 10,5 billones de dólares suplementarios para evitar daños irreparables en el clima del planeta. Sin embargo, tras el fracaso de Copenhague, los "gastos suplementarios" necesarios ascienden a 11,6 billones, es decir, "un billón más de lo estimado el año pasado", precisó la Agencia.
"Los objetivos son mucho menos ambiciosos de lo que esperábamos, y por eso se construirán más centrales energéticas, que será más difícil y costoso desactivar" llegado el momento, aseguró Fatih Biro, economista jefe de la AIE. Por otro lado, "el gas natural podría entrar muy rápidamente en una edad de oro", pues será "más barato y abundante", concluyó Biro.
Aumentará demanda de petróleo
La demanda de petróleo crecerá un 18% entre 2009 y 2035, cuando totalizará 99 millones de barriles diarios (mbd), frente a 87 mbd actualmente, también en este caso bajo el fuerte impulso de China, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE). La entidad prevé que el barril, que actualmente oscila en torno a los 87 dólares, llegue a costar 113 dólares en 2035.
No obstante, el aumento no será lineal, pues a corto plazo el mercado sufrirá de una "fuerte volatilidad", apunta la AIE, que destaca la dificultad de hacer proyecciones en un marco económico mundial de una "incertidumbre sin precedentes". La parte del petróleo en la composición de la demanda energética debería disminuir de 33% en 2009 a 28% en 2035, debido a sus altos precios y a los esfuerzos de los gobiernos para promover alternativas al crudo.
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