Las fabulosas mariposas monarcas en peligro de extinción



Naranja con rayas negras y pintas blancas, típicas de películas y favoritas de niños y adultos a la hora de cazar insectos en un paseo por el campo. Las mariposas monarca se han ganado su espacio en la retina de los habitantes del continente americano. Sin embargo, el panorama hoy para la mariposa más famosa no es alentador. 

Según el conteo de la temporada 2012-2013 realizado en el estado de Mixchoacán, donde se encuentra la Región monarca, uno de los principales hábitats de la mariposa homónima, la superficie forestal ocupada por las colonias de estas mariposas en diciembre de 2012 ha sido la más baja de las últimas dos décadas.
Realizado durante la segunda quincena de diciembre de 2012, el monitoreo encontró nueve colonias de hibernación, que ocuparon una superficie total de 1,19 hectáreas (ha) de bosque, un 59% menos respecto a las 2,89 ha ocupadas en diciembre de 2011. 


La medición es hecha anualmente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Alianza entre el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, según sus siglas en inglés) y Telcel.
El reporte es "de mal agüero", según el entomólogo Lincoln Brower de Sweet Briar College en Virginia, quien ha estudiado las mariposas monarcas durante los últimos 59 años.
"Esta no es sólo la población más baja registrada en los últimos 20 años (...) es la continuación de una caída estadísticamente significativa de la población de la monarca que comenzó hace al menos una década", aseguró el entomólogo a través de un comunicado.
Las duras variaciones climáticas
Según el reporte del WWF, una de las razones que explican la disminución tiene que ver con los extremos cambios climáticos a los que estuvieron expuestas las generaciones reproductivas de mariposas en primavera y verano de 2012.
"Las fluctuaciones climáticas extremas en la primavera y el verano en los Estados Unidos y Canadá afectan la sobrevivencia y la fecundidad de los adultos", aseguró Omar Vidal, director General de WWF México
Lo anterior porque el ciclo de vida de la mariposa monarca depende de las condiciones climáticas de los sitios donde se desarrollan. Los huevos, larvas y pupas logran un desarrollo más rápido si las condiciones son templadas.
"Las temperaturas mayores a 35ºC pueden ser letales para las larvas, mientras que los huevos se desecan en condiciones cálidas y secas, y su tasa de eclosión disminuye drásticamente", explicó Vidal.
¿Mariposas en hambruna?
El censo de mariposas Monarca arrojó una caída de 59% para la temporada 2012-2013.
Otra de las razones que explican los bajos números de monarca está relacionada con la reducción de los algodoncillos (Asclepias), por el uso de herbicidas en los sitios de reproducción y alimentación de las mariposas en EE.UU.
"Las mariposas que migran a México se alimentan de algodoncillos en los campos de cultivo de soja y maíz en los Estados Unidos. El uso de herbicidas para erradicar esta planta, considerada maleza tóxica para el ganado, ha reducido hasta 58% la disponibilidad de los algodoncillos", dijo Vidal.
Debido a lo anterior, el WWF ha hecho un llamado a Estados Unidos y Canadá a comprometerse con la supervivencia de la especie.
"La conservación de la mariposa monarca es una responsabilidad compartida por México, Estados Unidos y Canadá. Al proteger los santuarios y prácticamente haber eliminado la tala ilegal de gran escala, México está cumpliendo su parte. Es necesario que Estados Unidos y Canadá cumplan con la suya y protejan el hábitat de esta mariposa en sus territorios", sentenció Vidal.
Sin embargo no todos los científicos coinciden en este punto.
"Culpar a los bajos números de monarcas únicamente en lo que está ocurriendo al norte de México es engañoso", dijo Brower.
"Los herbicidas de los campos de soja y maíz que mata al algodoncillo es un problema serio, pero la disminución histórica en los últimos 19 años, tiene múltiples causas", aseguró el entomólogo, para quien México no puede eximirse de la responsabilidad.
"Los tres países tienen que hacer frente al hecho de que son nuestras actividades colectivas que están matando el fenómeno migratorio de la mariposa monarca", dijo. Ecoportal.net


Las mariposas monarca nacen en huevos, de los que eclosionan en forma de larva. A continuación se comen la cáscara del huevo y después se alimentan de las plantas del algodoncillo sobre las que nacieron. (Las mariposas monarca dependen de las plantas del algodoncillo, que constituyen prácticamente el único alimento de las larvas.)

Conforme engordan, las larvas se convierten en jugosas y coloridas orugas. Después crean una dura bolsa protectora que las rodea conforme entran en la fase de crisálida. De allí emergen en forma de adultos bellamente coloreados en negro, naranja y blanco. El colorido patrón de la mariposa monarca hace que sean fáciles de identificar; y precisamente de eso se trata. Su característico patrón avisa a los depredadores de que estos insectos son venenosos y saben fatal.

Las mariposas que emergen de las crisálidas a finales de verano y principios de otoño son diferentes de las que lo hacen durante los días más largos y cálidos del verano. Estas mariposas monarca nacen para volar, y saben por el cambio en el clima que deben prepararse para su prolongada travesía.

Solo las mariposas monarca nacidas a finales de verano o principios de otoño realizan la migración y harán un único viaje de ida y vuelta. Para cuando comience la migración invernal del año siguiente, varias generaciones de verano habrán vivido y muerto, y serán los tataranietos de los migradores del año pasado los que realicen el viaje. Sin embargo, de algún modo las nuevas generaciones conocen el camino. Siguen las mismas rutas que sus ancestros y en ocasiones incluso vuelven al mismo árbol.

Muchos científicos están preocupados por la población oriental de mariposas monarca, que pasan el verano al este de las Montañas Rocosas. Este grupo cada vez es mas reducido, y su supervivencia puede verse amenazada por diversos desastres naturales en sus hábitats invernales mexicanos, así como por la menor superficie de plantas del algodoncillo en su hogar estival.


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