Ustedes
lo están viendo, junio, que siempre fue como promedio para nosotros
el mes más lluvioso del año en Cuba, nos lo demostró. Por acá
teníamos aquellos interminables temporales que la juventud no
conoce y aunque el clima ha cambiado a la vuelta de unos pocos años,
aun se produce estos eventos lluviosos de varios días de duración
como los que en este año estamos “disfrutando” debido a esas
baguadas que a veces aparecen cuando menos las necesitamos.
Señalan
los especialistas con len guaje técnico que ello se debe a la
influencia de sistemas migratorios de la zona tropical, tales como
las ondas, las bajas tropicales y sus interacciones con sistemas de
latitudes medias.
De
todas formas, con mucha o poca agua, junio abre la temporada
ciclónica que se extenderá hasta el 30 de noviembre sobre las
regiones del océano Atlántico, mar Caribe y golfo de México.
La
población cubana tiene amplia cultura “ciclónica”, tanto por
sus experiencias sorteando y enfrentando perturbaciones cada año,
como por el desarrollo científico alcanzado en el montaje de un
sistema meteorológico de primera categoría y extendido a toda la
región de nuestro mediterráneo.
Es
por eso que a lo largo del año la Defensa Civil no deja de advertir
sobre medidas preventivas para evitar riesgos y vulnerabilidades,
culminando con los ejercicios Meteoro, verdadero ensayo popular para
pulsar la efectividad de sus estrategias, recursos y acciones. Ese
principio básico de la DC nos ha permitido protección efectiva,
minimizar daños y prontas recuperaciones, tanto en sectores sociales
como económicos.
Precisamente
por todo lo anterior, con la llegada de cada temporada ciclónica y
atentos a los pronósticos del tiempos, siempre nos preguntamos sobre
qué nos traerá y si tendremos ciclones sobre el horizonte.
En
realidad los métodos de los que se vale hoy el meteorólogo para
pronosticar cada día el tiempo o la trayectoria e intensidad de un
ciclón tropical que se encuentre en desarrolló son muy exactos.
Con anterioridad se utilizaba para ello modelos estadísticos, pero
estos se sustituyeron por modernos y precisos modelos dinámicos
basado en ecuaciones físico-matemáticas llevados al estado futuro
de la atmósfera.
Cuba
fue el segundo país del área al desarrollar en 1986 un modelo de
predicción estacional de ciclones tropicales, en un equipo del
Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología,
También fue el primer Servicio Meteorológico en hacerlo, pues la
NOAA de EE.UU. comenzó después.
Mucho
se habla sobre si una temporada ciclónica será o no activa y lo que
ello puede significar para nosotros. De eso se han ocupado los
meteorologistas que siempre buscan la forma de ofrecer información
precisa a la población y sobre todo, fácil de interpretar,
eliminando todo sensacionalismo de sus comunicados. La pregunta
principal será; ¿Cómo interpretar un pronóstico de la Temporada
Ciclónica?. Estos pronósticos ofrecen, por lo general, la cantidad
total esperada de ciclones tropicales con clasificación de tormenta
tropical y huracán, también la cantidad de huracanes y las de
huracanes de gran intensidad, categorías 3, 4 y 5 en la escala
Saffir- Simpson, o sea, cantidades totales para toda la cuenca del
océano Atlántico, incluyendo el mar Caribe y el golfo de México.
Una temporada activa es aquella que supera la suma de 10 tormentas
tropicales más huracanes, la cifra promedio de muchos años. En
cuanto a los huracanes, la cifra promedio es 6, mientras que la de
huracanes de gran intensidad es 2. Cifras de totales en una gran área
oceánica
Es
bueno advertir que una temporada pronosticada como activa o no, es
poco significa para un
punto o lugar específico en cualquier lugar de la geografía, por
eso se colocan como ejemplos clásicos la temporada de 1995 que fue
la segunda temporada ciclónica más activa del siglo XX con una
cifra de 19 tormentas tropicales y huracanes; sin embargo, ninguno se
acercó siquiera a Cuba. La de 1930 fue una temporada muy poco
activa. Hubo sólo un huracán, pero fue el huracán de ¨San Zenon¨,
que con Categoría 5 destruyó completamente a la ciudad de Santo
Domingo en la República Dominicana. Lo mismo ocurrió en 1992, una
temporada poco activa, pero el huracán ¨Andrew¨, también
Categoría 5, ocasionó inmensos daños en el sur de La Florida,
EE.UU. En ambos casos de temporadas muy poco activas.
Por
supuesto que siempre es de interés conocer que la temporada
ciclónica del 2014 apunta hacia una actividad general normal o
inferior a la normal. La causa principal radica, señalan los
especialistas, en que los modelos para el pronóstico de ¨El Niño¨
indican que se está generando un evento tal en el océano Pacífico
oriental y que es probable que se desarrolle durante la temporada
ciclónica
De
todas formas tengamos en cuenta que ante la nueva temporada ciclónica
debemos preocuparnos y ocuparnos de estar siempre bien preparados; y
cuando ocurra un ciclón tropical de cualquier clasificación o
categoría en zonas relativamente cercanas a Cuba: seguir los
pronósticos y avisos del Centro Nacional de Pronósticos del
Instituto de Meteorología y las orientaciones de la Defensa Civil.
esa es la verdadera interpretación práctica de esta y de todas las
temporadas ciclónicas..
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