¿Se inició en Cubitas la historia del caballo en América?

El caballo dicen que tuvo sus orígenes en las praderas del continente asiático pasando luego a Europa y desde allí al África en una peregrinación de millones de años anterior a la aparición del Hombre sobre la Tierra. Luego, las relaciones con el caballo llegaron a tal identidad, que en lo actual con dificultad puede describirse el desarrollo humano sin tener cuenta su influencia en la historia política y económica de nuestra sociedad.


¿Por donde comienza esta historia?

Todo indica que con la llegada de los conquistadores españoles al nuevo continente durante el siglo XVI, los caballos aparecieron en América.

Según las Crónicas de Indias de 1511, esta historia debe iniciarse de forma oficial cuando los capitanes Pánfilo de Narváes y Juan de Grijalba, acompañados por Fray Bartolome de las Casas, emprendieron la conquista y colonización de la isla de Cuba con un puñado de colonos, soldados y otros 3 de caballería, internándose tierra adentro hacia el Camagüey y rumbo al poniente, en una aventura no escrita aun pero de quienes quedan sus fantásticas imágenes dibujadas:  Hombres a pie y a caballo, espadas y lanzas en  mano, soberbio uno con el yelmo que le cubre rematado por una cruz y el caballo pifiante y veloz mientras le siguen otros dos jinetes.

Al extremo este de la Sierra de Cubitas, frente a los restos de lo que alguna fue la extensa laguna de Canasí, aislados lometones se agrupa para organizar las alturas de San Juan de Las Cruces .

Frente a la antigua laguna, de la que solo queda la depresión en el terreno y rocas marcadas por la altura que alguna vez alcanzaron las aguas, se abre la cueva de Los Generales, preciso lugar donde, parece, alguna vez comenzó a escribirse la historia de la presencia del  caballo en el continente americano.

Los caballos de la conquista

La cueva no es muy extensa, salones con claraboyas por donde entra la luz, pasillos oscuros y  grandes desplomes allí donde los techos cedieron al peso de milenios. El antro no tendría otra connotación sino no fuera porque sobre las blancas paredes en una de esas galerías de apenas dos metros de ancho e iluminada a medias por una grieta que se abre al exterior, se muestran trazos apresurados de carbón que nos llegan desde el siglo XVI.

Allí están los caballos de la conquista, aquellos que en los primeros momentos la indiada ingenua los imagino como monstruos mitad bestia y mitad hombres y que, incapaces de captar el galope o el salto, les dibujo fabulosos con decenas de patas tal y como les parecía verlos.

Cuatro siglos después, en 1973, el Dr. Antonio Nuñez Jiménez no vacilo en comunicar al mundo científico que estas pinturas debían considerarse la primera información gráfica de la llegada de la conquista al continente americano. Es precisamente a partir de esa información por donde se inicia la historia del caballo en América.

Fue por eso que la más importante de estas pictografías copiada de la cueva de La Sierra de Cubitas, la del guerrero ecuestre, dio la vuelta al mundo y presidió los actos con los que Europa y América, conmemoraron el 500 aniversario del encuentro entre las dos culturas.

Mustang en la Sierra de Cubitas

Vinculado con las tribus irokeses de las praderas norteamericanas, conocedor de las costumbres indígenas e invitado por la Fundación Antonio Nuñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, el camagüeyano Dr. José Eugenio Barreiro Cabrera, arqueólogo y etnógrafo del Museo Nacional de Historia Natural Smithonian, en Washington, Estados Unidos de Norteamérica, ha estudiado desde hace mucho estos dibujos impresos en la cueva cubitera junto al arqueólogo Alejandro Hartman, director del museo antropológico de Baracoa. Para ambos especialistas es a partir de aquella primera incursión de conquista en el siglo XVI, cuando se inicia la cultura del caballo por América, en especial hacia los grandes espacios del norte, lugar donde influyó sobre la cultura de las tribus habitantes de las praderas que dependían del bisonte para vivir, en especial entre los dakotas, de los cuales el más conocido representante fueron los siux.

---Cada cultura tuvo su nivel de desarrollo o forma de ser --- explicó Barreiro en oportunidad de una de sus expediciones--- los de las praderas eran cazadores, con una fauna extensa en la que se encontraba el bisonte, manadas de más de un millón de cabezas de ganado, así que su cultura era la de seguir esas manadas, o sea, que eran nómadas dentro de sus territorios y cada cual tenia su espacio con su estructura social. Entonces, cuando el caballo apareció, se pudo perseguir a los búfalos con más velocidad y verlos desde mayor distancia, por encima de la hierba, o sea que le dio al hombre la posibilidad de ver el mundo de diferente forma y eso cambió la dinámica de los pueblos

El principio del fin

En realidad, los 300 años de la hegemonía del indoamericano luego de la Conquista es conocida como la de la Cultura del Caballo en América. A sus animales los indígenas llamaron mesteño (sin dueño), nombre que en inglés se transformó en mustang, de los cuales, sus descendientes, se escaparon de la extinción y vagan aun en Norteamérica pero en reducidas cantidades.

De ser correctas las hipótesis de esta investigación conjunta, el primer documento “oficial” de la llegada del caballo al nuevo continente se encuentra en el interior de la cueva de Los Generales. Es allí donde aparece las primera información gráfica recogía con todo el espanto e ingenuidad de quienes eran testigos de una nueva era. La llegada del caballo y sobre el la espada y la cruz. El principio del fin de una raza.

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