Porque el género humano tiene
necesidad de tomar conciencia y accionar en beneficio de las
relaciones que nos unen con toda la Naturaleza para hallar no
solamente equilibrio ecológico, sino garantía de supervivencia, cada
22 de mayo el mundo con memora el Día Internacional de la Diversidad
Biológica, espacio dedicado a reflexionar sobre las soluciones y
acciones que necesitamos para que los problemas ambientales sean
viables y sostenibles en el tiempo.
Constituido por un amplio universo de
organismos vivos, entre los cuales se encuentra el ser humano, la
biodiversidad relaciona de diferentes formas especies y ecosistemas,
de hecho la vida de cada especie y de cada sistema depende
profundamente unas de otras.
La biodiversidad viene a agruparse en
tres conjuntos, pero su condición de totalidad que se interrelaciona
es inquebrantable. Existe la biodiversidad de los genes (diversidad
genética), de las especies (diversidad de especies) y las
comunidades bióticas con su ambiente o ecosistemas (diversidad
ecológica).. El conjunto de estos agregados y complementos vienen a
integrar la biosfera, la gran casa terrícola de los seres vivos.
Sin embargo, fue el hombre en sus
erradas ideas de "desarrollo" social y económico, el peor
de todos los depredadores al adoptar prácticas inadecuadas, dañando
a veces de manera irreparable el conjunto de elementos que componen y
organizan la biodiversidad . Amenazando incluso su existencia, pues
no sólo desaparecen especies valiosas, sino también ecosistemas
enteros, peligrosa situación si tenemos en cuenta que cerca del 75%
de la biodiversidad del planeta está concentrada en apenas 17
países.
El Día Internacional de la Diversidad
Biológica fue instituido por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en Diciembre de 2000 a fin de conmemorar la fecha de adopción
del texto del Convenio sobre la Diversidad Biológica en ese día del
año 1992. En ella se reconoció
la necesidad mundial de conciliar la preservación futura de la biodiversidad con el progreso humano. Según criterios de sostenibilidad promulgados, los tres objetivos del Convenio son: la conservación de la diversidad biológica; el uso sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.
la necesidad mundial de conciliar la preservación futura de la biodiversidad con el progreso humano. Según criterios de sostenibilidad promulgados, los tres objetivos del Convenio son: la conservación de la diversidad biológica; el uso sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.
Este compromiso incluye los ecosistemas
terrestres, marinos, otros ecosistemas acuáticos y los complejos
procesos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad
dentro de cada especie (genética), entre las especies y los
ecosistemas.
Por
su parte la biodiversidasd cubana se caracteriza por dos aspectos
básicos: es una biodiversidad insular y presenta, por esta causa, un
alto endemismo entre muchos de sus grupos sistemáticos. Esta última
característica es el sello distintivo de nuestra biodiversidad.
Entre los grupos de la fauna que sobresalen se encuentran los
caracoles terrestres, los anfibios y las plantas superiores, además
de numerosas especies o grupos de especies que constituyen una
representatividad por las peculiaridades que las distinguen.
Conscientes de esa realidad, las instituciones científicas y
productivas cubanas han adoptado programas de medidas prácticas que
incluyen la reforestación de cuencas hidrográficas y bosques, y en
ese sentido han avanzado en el fortalecimiento de los llamados
“pulmones del planeta”, con una meta que apunta rebasar el 29 por
ciento del área nacional cubierta de árboles para el año 2015.
Otras medidas incluyen la adopción de técnicas de laboreo de suelos que preservan la capa vegetal, la rotación de cultivos y la progresiva sustitución de plaguicidas y fertilizantes químicos, por productos orgánicos que se producen en laboratorios especializados, y en fincas donde los cultivadores se entrenaron en la prácticas de lombricultura, aportadora de humus enriquecedor de suelos, fabricación de compost, un tipo de abono orgánico con desechos vegetales y otras técnicas que aprovechan condiciones naturales y preservan ecosistemas.
Fotos; Orlando Durán Hernmández
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