Foto: Orlando Durán Hernández
La Oficina Nacional de Inspección Pesquera creada por el Consejo de Ministros en 1966 extiende su tarea hacia cuatro objetivos fundamentales; regulación pesquera, a la calidad en la industria pesquera, prevención de contaminación marina y fiscalización de las autorizaciones de pesca. En lo referido a las normas pesqueras se suman la aplicación de las regulaciones para el fomento, conservación y aprovechamiento de los recursos que habitan desde el mar territorial, aguas interiores y aguas terrestres, también esa resolución precisa supervisar los requisitos para la calidad, la higiene del pescado y los productos pesqueros de acuerdo a las normas, nacionales e internacionales. Un importante capítulo de esta Oficina es la lucha por la protección y supervivencia de los quelonios en aguas de la costa norte de la provincia de Camagüey, la que junto al grupo de la Federación de Actividades Subacuáticas libra una singular operación contra pescadores furtivos dedicados a la caza de tortugas de todas las especies. Desde hace varios años los quelonios, registrados en el libro de las especies en peligro de extinción, tiene la protección del Estado cubano, quien ha vedado de forma permanente su captura.
Sin embargo debido a las condiciones climáticas y geográficas de la costa norte de la isla, estas especies suelen visitar las playas de Cuba con el propósito de desovar. Ese es el momento en que los bandidos de arrecifes tienden sus trampas para cazar a los animales, muchos de ellos muertos aun antes de depositar sus huevos en la costa.
En realidad los sistemas ecológicos no son independientes; en alguna forma se entrelazan entre si con zonas de vida muy especificas y dependiente unas de otras. Modificar o destruir cualquiera de esas aéreas reduce la diversidad biológica, coloca en capítulo de extinción poblaciones de especies y en breve tiempo hace desaparecer a muchas de ellas.
Santiago Brandon Ramos, Director de la Oficina Nacional de Inspección Pesquera, en la provincia de Camagüey, adscrita al Ministerio de la Industria Alimentaria , expone que en lo actual a la pesca furtiva se le dedica una buena dosis de paciencia y esfuerzo, por lo que en cooperación con otros organismos como el Ministerio del Interior, Guarda Fronteras, Empresa Pesquera Industrial de Camagüey, Guarda Bosques y las propias fuerzas y medios de las empresas pesqueras, se realiza el patrullaje de las zonas de pesca.
“La lucha principal este año ha sido contra el tráfico y la comercialización ilícita de productos pesqueros--- informa Brandón ---el seguimiento de la langosta desde la captura al embarque para su transportación, el rastreo del camarón de cultivo, las inspecciones a las fuentes contaminantes y las autorizaciones de pesca. La vigilancia para descubrir y desarticular agresiones a las medidas regulatoria contra la pesca del quelonio, es parte de esa labor”.
Como la pesca se cuenta entre las actividades económicas más importantes de Cuba es imprescindible identificar los factores que determinan la productividad biológica de la plataforma marina, los ciclos de vida y la ecología de las especies, sus potenciales de producción y medidas de protección, como elementos indispensables para su manejo sustentable. La protección a las tortugas forma parte de esa cultura de rescate que en favor de la Naturaleza libra desde hace muchos años nuestro país con notable éxito.
No puede desconocerse, sin embargo, como a pesar de las dificultades que nos origina el bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, Cuba mantiene una tenaz batalla para la protección de la Naturaleza y el Medioambiente, invirtiendo numerosos recursos en esa obra de vital importancia para la humanidad. Cabe comparar los derrames de petóleo en los mares del mundo y los altos índices de contaminación que invaden la atmósfera, la extinción de especies y la agresion a la biodiversidad que llevan a cabo países del primer mundo, cuyas riquezas se han originado de espaldas a los intereses de la Naturaleza.
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