El ave Fénix anida en el Casino



El Casino Campestre comienza a sonreír como fruto armónico de la conjunción creativa de la Naturaleza y el hombre. Allí pervive la añoranza de varias generaciones de que las parejas vuelvan a enamorarse, que los niños aprendan a montar bicicleta, que los jóvenes practiquen deporte en las áreas por recuperar. Ese lugar de encuentros y desencuentros tiene una especial carga simbólica para los camagüeyanos.


Sus daños por el impacto del huracán Ike en septiembre del 2008 clasificaron como la mayor pérdida en la zona patrimonial del Centro Histórico. Enseguida fue socializado el Proyecto Fénix para su rehabilitación, por el llamamiento de la filial camagüeyana de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba a creadores, profesionales y entidades del territorio.
 
Inmediatamente comenzaron las labores de planeamiento del parque para resarcir las afectaciones a la centenaria Glorieta, el mantenimiento a la Gruta, el tratamiento a la iluminación escenográfica, el mobiliario urbano y el rescate de la monumentaria. La siembra de árboles el 20 de octubre de aquel fatídico año fue uno de los primeros estímulos.

La Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), la delegación provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), la Unión de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción (UNAIC), la dirección provincial de Cultura y otros organismos apoyaron la iniciativa que, lamentablemente, decayó por el camino . 
 
Casi con el misticismo de la legendaria ave del fuego, el proyecto renació a finales del 2012 integrado al programa Ciudad 500, aunque no estuviera previsto desde el comienzo. Pero la sanación del Casino era una añoranza colectiva, fuera del área proclamada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En pocos meses el cambio ha resultado notable y promisorio del restablecimiento del ecosistema y la preservación y el realce de los valores históricos y artísticos del espacio sobre la base de criterios científicos, con el complemento de opciones culturales y gastronómicas coherentes con el entorno.
 VISIONES Y REVISIONES
La total iluminación le despejó al parque el sambenito de boca de lobo urbano con pedestres marcas de oscuridad. Gran alivio recibieron las personas “obligadas” a pasar por ahí por su ruta a la casa o al trabajo. En la noche simula un día corrido al orto del sol, y no el camino al infierno, para nada empedrado de buenas intenciones, todo lo contrario. 

Los monumentos, baluarte de lo mejor de su tipo de escultura de la provincia, reciben atención especial. Además se retoman exponentes de principios del siglo XX como La Glorieta (1908), realizada por el albañil Alberto Casas Clapera, ya restaurada; y la Gruta (1924) del constructor español Antonio Moya, que no parece una obra humana por su textura pétrea con goteo del techo.
Los espejos de agua, tan característicos allí, revierten una imagen diáfana tras el funcionamiento de la fuente grande de los flamencos y la fuente del cisne. Cerca del monumento al Libertador Desconocido, queda por restablecer la pequeña cascada, seca por muchos años.

Parte de la juventud ha tenido amplia participación en ese concilio de pasado y presente, por no basta con un parque al estilo de la alborada siglo XX o finales del XIX, si no ofrece suficientes atractivos a los beneficiarios actuales del conocido pulmón verde de la urbe que una vez reforestado jerarquizará el paisaje y la flora, su nervio distintivo.

Junto a la Oficina trabajaron especialistas de Planificación Física y estudiantes de quinto año de Arquitectura. Las ideas conceptuales de esta segunda etapa están permeadas de la joven visión del Casino. Debemos perfilarlo con criterios ecológicos, de mucha tranquilidad y hasta nostalgia, con la perspectiva de las personas que estamos construyendo el siglo XXI”, dijo a Adelante José Rodríguez Barreras, director de la OHCC. 
 
ASUNTOS DE CONSULTA
 En el plan general la situacióm del pequeño zoologíco es una de las cosas más importantes, junto a las acciones de saneamiento de las márgenes del arroyo Juan del Toro, para lo cual el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos tiene el presupuesto aprobado”, aseguró Rodríguez Barrera, ya que su entidad es la coordinadora del programa Ciudad 500. 
 
Para velar por el cuidado del parque, la Oficina hizo un importante desembolso de dinero para la ubicación de un cuerpo de seguridad y protección, algo que durante tanto tiempo, no fue necesario. 
 
Otra batalla ganada fue el beneficio a las visuales amplias con el criterio de la eliminación de los muros en edificaciones importantes como el complejo cultural Casino, para derrumbar la suposición de que la actividad segura es la que ocultan las tapias altas. La juventud será la principal favorecida con este cambio en la filosofía de trabajo.

 Por Yanetsy León González. Fotos: Otilio Rivero Delgado y Archivo de OHCC

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